Una riqueza que siempre espera
Este año 2021 vamos a vivir una Semana Santa muy diferente de la que estamos acostumbrados en nuestra tierra
Patricia melero
Palencia
Domingo, 28 de marzo 2021, 11:48
Los tiempos extraños que vivimos nos obligan a cambiar hábitos y también la percepción sobre muchas cosas, pero las excepcionales circunstancias que nos envuelven pueden ser también una oportunidad de hacernos desviar nuestra mirada a otros puntos. Este año 2021 vamos a vivir una Semana Santa muy diferente de la que estamos acostumbrados en nuestra tierra, protagonizada por las tradiciones y los ritos propios de este tiempo litúrgico. Sin procesiones, sin actos culturales ni religiosos, los días festivos pueden ser una ocasión para conocer otros rincones o para contemplarlos desde diferentes punto de vista. La naturaleza en ebullición, las actividades culturales que tímidamente empiezan a programarse y el rico y variado patrimonio artístico y cultural de la provincia de Palencia son argumentos suficientes para invitarnos a conocerla.
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Uno de los atractivos de la localidad terracampina de Cervatos de la Cueza va ligado a la historia de América Latina. En 1728, nació aquí Juan de San Martín, un militar y gobernante colonial que hizo carrera en la región del Río de la Plata. Su hijo fue el general José de San Martín, prócer nacional de la Argentina y libertador del Perú y Chile. En las calles de Cervatos aún se puede encontrar vestigios de la familia. Su casa natal, una curiosa y bien conservada construcción tradicional de adobe, es ahora un museo donde contemplar elementos de la época y de los episodios en los que participó el general San Martín.
Eventos culturales
La oferta de Venta de Baños para estas fechas va ligada a la primavera y los eventos culturales que tanto hemos echado de menos los meses pasado. Una exposición de fotografía y poesía, 'Revive 2021' y otra muestra de pintura, 'AETERNUM' de Juan Carlos González Muñoz, pueden visitarse estos días en la localidad. Para celebrar el 23 de abril, Día de Castilla y León y Día del Libro, se ha confeccionado un programa de actos en torno a esta fecha pensando en toda la familia. Habrá presentaciones literarias, conciertos y teatro. Otra conmemoración, el Día internacional del Jazz, el 30 de abril, pondrá otra nota musical a la primavera venteña.
La belleza de la villa de Ampudia es argumento más que suficiente para cursar un paseo por sus calles en cualquier momento del año. La colegiata de San Miguel, sus calles porticadas, el hospital de Nuestra Señora de la Clemencia, las ermitas o el museo de Arte Sacro son rincones donde el visitante puede recrearse en su estancia. Sobre todos ellos, con su alzada majestuosa, el castillo, protagonista también de algunas de las actividades de esta primavera en la localidad que quiere centrarse en el valor de estas construcciones. El mes de abril, además, tendrá un programa de actividades dedicado a los Comuneros y su historia, en el que se encontrarán charlas, conciertos y una representación teatral.
El corazón del Cerrato late desde hace siglos en la entraña de su tierra. Baltanás presume de uno de los barrios de bodegas más importante y mejor conservado de la zona. La mayoría de ellas siguen en uso y el conjunto se puede visitar e, incluso, conocer mejor a través de una de ellas, convertida en centro de interpretación.
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Estos días festivos, se han programado visitas guiadas que pueden completarse con un paseo por las salas del Museo del Cerrato. Además de su exposición permanente y de la belleza sorprendente de su arquitectura, en estas fechas ocupan sus estancias dos curiosas exposiciones, una sobre meteoritos y otra sobre libros antiguos desplegables, verdaderas joyas editoriales de la historia de los 'pop up'.
Otra localidad que invita al paseo tranquilo y a disfrutar de sus riquezas en estos días festivos es Monzón de Campos. La silueta de su castillo, que recibe a los visitantes, es la que ha llegado hasta nosotros, de los dos que tuvo la villa. No hay que perderse tampoco la iglesia tardo románica de El Salvador, datada en la primera mitad del siglo XIII, y su magnífico retablo de Nuestra Señora de los Ángeles. De la segunda mitad del siglo XV, se le atribuye a Alejo de Vahía. El torreón, la muralla, los restos del palacio de los Rojas, su Plaza Mayor o las bodegas, suman atractivo a la visita a esta localidad.
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Aguilar de Campoo es un museo vivo en la Montaña Palentina. La explosión de la primavera en los entornos del Parque Natural es en sí misma todo un espectáculo, que acompaña a la nómina de tesoros patrimoniales de la villa galletera, declarada conjunto histórico artístico hace casi 50 años. Se cuentan más de cien escudos y blasones entre casas solariegas y palacios. Paseando entre sus calles sorprende el castillo y las puertas de lo que fue la ciudad medieval.
Monasterios e iglesias dan buena cuenta de la influencia cultural que ejerció la villa en su comarca y que aún hoy perdura, como el Convento de Santa Clara y el Monasterio de Santa María La Real. Todo ello rodeado de una de las más importantes muestras del románico de la península, que también invita a ser descubierta en sus entornos en una visita.
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Un balcón a la provincia
A pocos kilómetros de la capital, una de las vistas más hermosas que se puede tener de la Tierra de Campos nos la brinda el mirador de Autilla del Pino, un balcón en el que podemos asomarnos a los campos de la comarca –y casi a la provincia entera en días claros–, que lucen estos días engalanada con los colores de la primavera. El museo etnográfico de la localidad alberga una curiosa colección de aperos y objetos de la cultura popular. Durante los días festivos de la Semana Santa, la iglesia parroquial de La Asunción, que conserva una interesante talla de la Piedad del siglo XVI, expondrá también los pasos que tradicionalmente procesionan los días santos para que puedan ser visitados.
Velilla del Río Carrión es la puerta de entrada a la montaña Palentina y ofrece dos tesoros a sus visitantes. El primero es la fuente de La Reana, un manantial de flujo intermitente identificado con las Fuentes Tamáricas de las que habló el historiador romano Plinio el Viejo en el siglo I. El otro es el monte de El Pinar. El Pinar de Velilla es el único vestigio, junto al de Lillo, de los pinares autóctonos de pino silvestre que poblaron la Cordillera Cantábrica. Se puede recorrer por una senda señalizada asequible para todos los caminantes.
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