La caldereta del pastor mantiene viva la fiesta de la Montaña Palentina

La jornada en este enclave de Palencia, que puso fin a tres días de fiesta declarada de Interés Turístico Regional, volvió a demostrar que el guiso del pastor es mucho más que una comida. Es una tradición compartida, una excusa para el reencuentro y una celebración del patrimonio cultural y gastronómico de la comarca. «Es una tradición que debemos cuidar porque une a toda la zona. Llevo muchos años sin fallar y creo que es importante inculcársela a los pequeños y jóvenes», explica Manuel Abad, uno de los asistentes a la romería. No fue el único en reivindicar ese valor intergeneracional. «Es una gran oportunidad para juntarnos en familia y ponernos al día, además de reencontrarnos con los vecinos y disfrutar de la comida», afirma Ángela Pérez.

El domingo comenzó con la exhibición de pendones, el pregón festivo y una emotiva misa cantada por la Coral La Reana de Velilla del Río Carrión. Poco después, con todo preparado en la zona habilitada para la comida, comenzó el reparto del guiso, que volvió a ser el centro de todas las miradas.

El trabajo fue coordinado por el Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) Fuentes Carrionas, responsable de organizar desde hace más de medio siglo esta fiesta que reivindica la identidad y los valores de la Montaña Palentina.

Belinda Mencía, portavoz de la oposición en el Ayuntamiento de Velilla del Río Carrión, puso en valor tanto el impacto social como el esfuerzo organizativo que hay detrás del evento. «Esta fiesta tiene más de cincuenta años de tradición. Está organizada por el CIT Fuentes Carrionas, con una romería en la que se reparte la caldereta de cordero, antiguamente de oveja. Es un día de celebración para que toda la gente confraternice y disfrute», destaca. «Hemos tenido años con mil personas o incluso más. Es una fiesta que congrega a mucha gente y que significa mucho para nuestra zona. Para la elaboración hemos contado con muchos voluntarios, que se han repartido las tareas, y es verdad que cada vez hay menos relevo generacional, por lo que debemos darles las gracias por su enorme esfuerzo para que salga adelante esta fiesta que nos pone en el mapa», añade.

La caldereta, guisada lentamente en grandes calderas sobre fuego vivo, mantiene viva una receta tradicional de pastores que, años atrás, se elaboraba con carne de oveja. Hoy es el reflejo de una comarca que mira al futuro sin olvidar sus raíces, y que sigue encontrando en esta fiesta un motivo para juntarse, celebrar y reivindicar su identidad rural.

La programación del fin de semana ofreció una completa combinación de naturaleza, cultura, música y gastronomía. Desde el viernes, los visitantes pudieron participar en visitas guiadas a la Cueva de Agudín, disfrutar de la Fiesta de la Sidra o bailar con los conciertos de 'Mala Infancia' y la discoteca móvil. El sábado, el peculiar sorteo de la 'Cagada de la Vaca', la apertura del mercado, una nueva carrera de montaña y la degustación de migas del pastor completaron un día repleto de actividades para todos los públicos. Culminando el fin de semana con esta intensa jornada de domingo donde cientos de vecinos y visitantes echaron el cierre a la fiesta de la Montaña Palentina un año más.