Concluyen las obras exteriores de la bóveda resquebrajada de San Miguel de Palencia

Las lluvias frecuentes caídas este año en Palencia han sido enemigo de la iglesia de San Miguel de la capital palentina y han obligado al Obispado a rascarse el bolsillo para reparar los daños ocasionados por ese agua acumulada en los tejados de la cara norte del templo, según apunta el párroco, Donato Gómez.

«Debido a la cantidad de agua se ha acumulado una especie de balsa donde ha crecido tanto la hierba que parecía esto un prado. Los tejados bajos recogen todo lo de arriba y ha habido momentos en los que, al llover tanto, no ha bajado el agua hasta abajo y se iba metiendo, eso afectó a que había una gran gotera en la capilla», incide Donato Gómez. «Sobre la bóveda falsa de la capilla de San Juan empezó a caer cantidad de agua. La bóveda perdió fuerza y, como además habían puesto sobre ella seis u ocho tabiques para que descanse el tejado, en un momento dado falló algo y presionó y empezó a resquebrajarse y caer unos trozos de esa bóveda. Se lo comunicamos rápidamente al Obispado y lo que hicimos fue postear con un andamio para que no cayera más. Apartir de ahí dijimos que íbamos a acometer la obra, pero cómo no ha dejado de llover, no podíamos acometer lo de los tejados. Cuando dejó un poco de llover, una empresa nos limpió todos los tejados y solo dejamos lo de la bóveda, porque nos dijeron que la única solución era quitar todos los tabiques sobre los que apoya el tejado sobre ese bóveda falsa para que no vuelva a caer», apostilla el párroco de San Miguel.

«Es lo que han terminado ahora, solo quedan las cuatro nervaturas, que ya están tomadas las medidas y ahora, en cuestión de días, vendrán y nos las pondrán y ya pintaremos, porque ha quedado muy feo», hace hincapié Donato Gómez, que cree que las obras de las nervaturas, «en cuanto acaben una obra que tienen los de Archivolta», se podrán acabar en una semana».

«El problema empezamos a verlo casi en noviembre, pero hubo que retrasar las obras porque no dejaba de llover y no se podía salir afuera. Primero se ha limpiado toda la zona norte de la iglesia, que es la que más suciedad produce, allí es donde más se acumula la hierba, porque en el sur seca rápida, pero allí no», agrega Donato Gómez. «La empresa que nos limpió los tejados fue Vicapal, y Archivolta es la que ha hecho esta bóveda, que espero sea per saecula saeculorum. Van a desmontar ya los andamios y solo queda lo de dentro. Como ya han tomado medidas de las nervaturas, solo queda venir a hacerlas. Entre unas cosas y otras, entre la limpieza, el posteado y la bóveda, las obras habrán supuesto un coste de 35.000 euros». «Solo el andamio de postear cuesta 60 euros diarios por alquiler, ahí se nos fue dinero, pero esta última obra de la bóveda no es demasiado porque ha sido quitar todas esas cosas, poner un machón grande sobre el que van tableando, y onduline», explica el párroco de San Miguel, que incide en que esa gotera en la bóveda no produjo daños en obras de arte. «Eran laterales, el agua había buscado su sitio, pero hacía feo porque caía agua.No haber actuado hubiera agravado las cosas», comenta Donato Gómez.

«Queda lo de la torre, pero una de dos, o se hace con un andamio de los que se cuelga uno, o habría que ahuecar un poco las celosías que han puesto ahora de alambre para que no entren las palomas. Para limpiar eso un poco, si tienes que coger una de esas plumas enormes, vale mucho», concluye el párroco de San Miguel, que incide en que «esto es un aviso para que cada dos años no haya más remedio que gastar para limpiar esas zonas».