Las manifestaciones callejeras, las más recientes del feminismo, por ejemplo, ratifican contundentemente el título de estas líneas.
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Todo aquello que los manifestantes corean y gritan ... tiene que ser rimado en forma de pareado. ¡Ya caí yo mismo en la trampa: rimado-pareado!
Las manifestaciones callejeras a las que aludo suelen ser un pródigo muestrario de métrica de manual, zafia y ramplona las más de las veces, pero de métrica de libro de texto.
Hay que rimar sanidad con baja calidad, o bien «la sanidad no se vende/se defiende», o «tararí-tararí/sólo el sí es sí».
Más que pareados poéticos son ripios zafios y extravagantes. Quizá algunos tengan su punto de gracia, de ironía, o al menos de mala uva e intencionalidad. Como el que oí el otro día: «Si quieres tener dinero/arrampla como un banquero». Bueno, el grito en realidad no decía «arrampla», empleaba el verbo ese que empieza por 'r' y sigue por 'o' y que prefiero no explicitar por si esto se lee en horario infantil.
Y porque además el verbo 'robar' –¡se me escapó!– genera el sustantivo 'ladrón', y todos los sustantivos terminados en 'on' son los más gruesos y malsonantes que uno pueda echarse a la boca. (Hasta hay nombres propios, ejem, que se prestan a las rimas más insultantes)
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Item más: cuando esos gritos rimados se convierten en gritos escritos en pancartas panfletarias, entonces viene a ser como cuando la literatura oral se hizo literatura escrita, como cuando los juglares vocingleros plasmaron sus voces y versos en pergaminos o códices.
La mayor pega de las pancartas de los desfiles es que siempre son reivindicativas, nunca líricas o épicas, como los cantares de gesta. Presten atención a ésta que se me quedó in mente el otro día: «¡ Qué cinismo/llamar a eso feminismo!»
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No averigüé qué era ese eso, pero llegué a la conclusión de que los slogans callejeros son o pretenden ser como los refranes, también casi siempre rimados y con su punto de trascendencia o de frase lapidaria: A la cama no te irás/sin saber una cosa más.
Pues yo como Sócrates: Tras lo oído y leído recientemente en la calle, sólo sé que no sé nada. Eso.
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