Antonio de Torre
El lucernario

En busca de vocaciones

«Frente al desinterés por el cuidado ajeno, el ejemplo que cada día ofrecen los trabajadores de las residencias de mayores. Miman a los nuestros como propios»

Laura Ríos

Valladolid

Lunes, 8 de septiembre 2025, 08:24

El culto a lo efímero o a la gratificación inmediata moldean la conducta de forma inconsciente hasta tal punto que se hace con el control ... de nuestras acciones. La libertad de la que creemos disponer nos convierte en reos de lo instintivo. A este mundo lo domina la dopamina. Un sistema de recompensa que a la larga, pesa. Y es que ya casi nada permanece, nada se cuida. Sólo hay apetencia por soltar y volver a empezar.

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Valladolid celebra hoy la festividad de la Virgen de San Lorenzo. La devoción se vive en las calles. La veneración es tal que se le otorgó el título de Alcaldesa Perpetua. Y esta distinción no es fugaz, a diferencia de nuestra condición. Sea o no devoto, humilde creyente, respetable agnóstico, incluso ateo, hay algo que debería ser inherente a todo ser humano: la vocación. No hablo ya de la religiosa, sino la que se inculca desde la cuna y determina el rumbo de la vida.

Una persona con vocación protege a los suyos y no elude el peso de la responsabilidad. No hay giros en el timón, sólo travesías más o menos cómodas. No hay derivas, sino paradas seguras en puerto.

Frente al desinterés por el cuidado ajeno, el ejemplo que cada día ofrecen los trabajadores de las residencias de mayores. Miman a los nuestros como propios. Ya casi nada puede compararse a esta dedicación sincera porque, aunque pese, eso ya no se estila. Por eso, hoy conviene invocar la vocación en plena sequía de valores.

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