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Resulta que la Organización Mundial de la Salud advierte sobre el exceso de azúcar en la dieta occidental, especialmente en el caso de los niños. La Junta de Castilla y León –el propio PP y Cs, recordemos– alienta que se reduzca el consumo de azúcares añadidos. Los colegios públicos, que dependen de esa misma Junta, les dicen a los padres que ojito con el almuerzo de sus hijos, que la semana se divide en lunes-fruta, martes-lácteos, miércoles-bocadillo y sacrílego el que quiera ganar cinco minutos de sueño colando un bollicao en la mochila.
Comunistas todos, claro.
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