Con la ofensiva rusa estancada y los ucranianos aferrados a la resistencia y mucho mejor organizados de lo que Putín hubiera podido imaginarse, la única ... realidad es que ambos están perdiendo, porque en una guerra sólo hay víctimas y supervivientes anímicamente destrozados, jamás vencedores.
Publicidad
Los ucranianos, los rusos y los europeos, todos salimos quebrantados.
Primero los ucranianos, cuyas ciudades e infraestructura tardarán años en recuperarse. Aunque en la escala del dolor lo irreparable son los muertos, los heridos, los refugiados y esa infinidad de niños golpeados para siempre en el alma.
Después los rusos, un pueblo abocado, sobre las dificultades que ya padece, a hundirse más y más en la sima de la pobreza. La economía de Rusia, cuyo PIB es proporcionalmente muy inferior al nuestro, no da para este tipo de aventuras criminales, imposibles y ruinosas. Ni su economía destartalada ni la de nadie.
Y luego Europa entera, con los daños acentuados por las medidas dictadas por la UE, traducidas, por ejemplo, en que nos falta maíz, cereal básico en la alimentación de los seres humanos y el ganado, y girasol, lo que está disparando el precio del aceite de oliva, cultivos aquí erradicados por los sabios de Bruselas. Qué espectáculo tan penoso el de esos campos agostados, ya que la Comunidad pagaba a los agricultores por dejarlos morir.
Publicidad
Las guerras siempre las perdemos todos. Como escribió Montesquieu la única victoria en una guerra es la de acabar con ella. Y en está, que ya dura más de un mes, vamos de fracaso en fracaso hacia el abismo de la ruina.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión