Yolanda Díaz, en el acto de presentación de Sumar. AFP
Dados rodando

Anatomía del 'yolandismo'

«Un partido necesita estructura, líderes, ideas nítidas, programa y acciones concretas. (...) también precisa de locales, sedes, oficinas, medios, en fin todo aquello que sustancia las ensoñaciones en realidades»

Antonio San José

Valladolid

Martes, 18 de abril 2023, 00:38

Anda agitada la política con la irrupción de una supuesta nueva fuerza en el ámbito de los partidos de este país. Y hay que decir ' ... supuesta' porque hasta el momento nadie conoce absolutamente nada del proyecto más allá de un discurso claramente hiperglucémico pronunciado por su lideresa, Yolanda Díaz. Ella, es una de las certezas de la cosa; la otra, y ahí acaba todo por el momento, es que la idea, el espacio, el ámbito y el contexto de este producto votable se denomina Sumar. Lo demás es pura entelequia.

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De momento no sabemos cuál es su programa ni qué ideas concretas tienen para los problemas reales que viven los ciudadanos cada día más allá de polivalentes e inconcretos principios generales. No conocemos a sus cuadros ni sus referentes ideológicos, sólo sabemos que es un proyecto abierto a todos y todas que aspira a colocar a Yolanda en el mismísimo Palacio de la Moncloa. Visto desde la más absoluta y pragmática racionalidad esto es comenzar la casa por el tejado. Un partido necesita estructura, líderes, ideas nítidas, programa y acciones concretas. Por necesitar, también precisa de locales, sedes, oficinas, medios, en fin todo aquello que sustancia las ensoñaciones en realidades y hace pasar de las musas al teatro.

La guerra abierta entre Unidas Podemos y Yolanda es la primera consecuencia de este anuncio realizado el Domingo de Ramos con una amplificación mediática digna de los grandes acontecimientos. Parece que será imposible un acuerdo con las huestes de Ione Belarra, y se antoja muy difícil que Yolanda apoye las candidaturas moradas, como se le pide incesantemente desde este sector, porque ella respalda a varios partidos rivales políticos de los de Pablo Iglesias, entre ellos Izquierda Unida, Más País, Más Madrid y Compromís, lo cual dificulta enormemente esa unión hipostática deseada a la izquierda del PSOE.

El personal agradecería que, para empezar, se definiera Sumar como algo que aún no se conoce lo que es: ¿un partido…? Yolanda Díaz habla de un 'espacio' y una 'plataforma', pero eso es algo tan etéreo como la nada entre dos panes. Y si no es un partido, cómo se articulará cuando llegue el momento. Y, por cierto, ¿cuál va a ser ese momento? A las elecciones municipales y autonómicas ya no llega, así que habrá que esperar hasta las generales de diciembre para comprobar el calibre y la fuerza de esta idea. Pasado el mitin de Magariños, con abrazos, besos, aplausos y celebraciones fraternales, ahora toca trabajar y mostrar una realidad que la gente entienda. Nada de eso ha ocurrido por el momento.

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Las últimas encuestas no evidencian un aumento del electorado de izquierdas. Más que aportar nuevos votantes a la causa, todo parece indicar que la nueva fuerza actuará en el ecosistema político español como un juego de suma cero, es decir que lo que gane el 'yolandismo' en las urnas se lo arrebatará básicamente al PSOE y a Podemos, con lo que estas formaciones tendrán que tentarse la cartera para que lo que no vaya en lágrimas se termine marchando en suspiros y luego las cuentas no cuadren. De momento, todo es bonito, 'happy flower', naif, colorista, fraternal, 'chupiguay', moderno, feminista y atractivo. Pero ahora toca materializar los sueños en realidades y ofrecer algo concreto a los posibles electores. Yolanda Díaz es inteligente y tiene una irresistible fuerza mediática, quiere ser presidenta del Gobierno y a ese propósito va lanzada. Ahora toca analizar si su proyecto tiene futuro y si viene realmente a sumar o a restar. Ahí, justamente, reside la cuestión que puede tornarse en problema.

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