Consulta la portada de El Norte de Castilla
Carlos Mazón, presidente valenciano, en el funeral de Estado de esta semana. EFE

El infierno político de Carlos Mazón

Carta del director ·

«El PP sabe que Mazón debió dejar el cargo hace mucho tiempo. Y que cuanto más se perpetúe en él, más extenderá las llamas del incendio al resto del partido»

Ángel Ortiz

Valladolid

Domingo, 2 de noviembre 2025, 08:43

He visto varias veces el vídeo en el que, durante el funeral de Estado por las víctimas de la DANA del pasado miércoles, aparece Carlos ... Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, sentado entre su homólogo manchego, Emiliano García Page, y una de sus asesoras de confianza, María Jesús García Frigols, directora general de Organización, Coordinación y Relaciones Institucionales y con quien llegó al acto. Una fila por delante están situadas las vicepresidentas del Gobierno Yolanda Díaz y María Jesús Montero. Y en asientos aledaños podemos reconocer a varios ministros, también a los vallisoletanos Óscar Puente y Ana Redondo, así como a otros altos cargos civiles y militares.

Publicidad

Antes de que accedan los Reyes y los asistentes se unan en un sonoro aplauso, puede escucharse a una mujer que insulta a Carlos Mazón. Nadie le pide que calle, solo a ella se le oye. Con sus palabras le despelleja el alma al político que ataca. Parecen sacadas del barro, de entre los coches amontonados que fueron arrastrados por la riada hace un año en Paiporta y Catarroja.

«Rata», le dice. «Asesino», «cobarde», «desgraciado», «cabrón», «ríete de nosotros», «sinvergüenza», le increpa casi sin aliento. Su voz rugosa, recia, desatada por el rencor y desde luego llena de odio, probablemente de un odio muy difícil de digerir en sus circunstancias, seguro que debido a la pérdida de uno o varios familiares, llena de turbación el Museo de las Ciencias de la capital del Turia durante esos segundos.

La cara de Carlos Mazón adopta un gesto involuntario de aflicción, forzado por esa mujer, su voz y sus desprecios. Arruga el ceño, aprieta los dientes, se queda helado. A medio camino de una mueca de sonrisa. No me hago a la idea de cómo debe sentirse. La de veces que se habrá arrepentido de aquella infeliz comida en el Ventorro. Las caras de quienes están a su alrededor son un poema. En el fondo son, como altos dirigentes políticos, los únicos capaces de ponerse en sus zapatos. Probablemente comparten con Mazón la íntima convicción de que la voz ahogada por el dolor que grita desde nadie sabe dónde se dirige a todos ellos. Luego entran los Reyes. Felipe VI coloca su mano derecha en el corazón, asiente levemente con la cabeza y camina hacia su silla con la conciencia en paz.

Publicidad

Carlos Mazón (lo debería saber Feijóo y actuar en consecuencia, ignoro por qué no lo ha hecho todavía) ha pasado de ser un político superado por su propia incompetencia a convertirse en un infierno político para el PP valenciano y veremos a ver si también para Génova. Julián Quirós, director de ABC y exdirector de Las Provincias de Valencia, publicaba el 4 de noviembre de 2024 lo siguiente: «Se ha visto al presidente de la Generalitat desbordado. Es normal. Ninguna comunidad autónoma sería capaz de gestionar internamente esta calamidad. Pero resulta un misterio la razón por la cual Carlos Mazón ha tardado tanto en pedir ayuda al Gobierno, seguramente noqueado entre la tragedia y las urgencias de los burócratas, sin entender que no estaba ante una emergencia, sino ante una catástrofe histórica. Le ha faltado visión y liderazgo; el sábado no dijo a sus vecinos lo principal que necesitan conocer: cuándo va a quitar el barro de las calles y cuándo van a tener a sus muertos para velarlos. Mazón todavía tiene algún margen para recuperar el control de la crisis, no demasiado, pero necesitará ser más confiable, reconocer errores, dictar soluciones creíbles y cortar cabezas. Necesita cambiar la percepción de incapacidad que ha arraigado en los últimos días, sobre todo porque para el resto de la legislatura tendrá que gestionar un único asunto, un infierno político en realidad: los efectos de la DANA. Toda su carrera futura depende de esto».

Una semana después, el 11 de noviembre de 2024, Quirós insistía: «Mazón falló en la atención previa, lo que le llevó a no sobreponerse a la magnitud de la catástrofe, siempre por detrás de las necesidades, con falta de juicio y tropezando en diversas contradicciones. El éxito obligado de la manifestación del sábado contra él supone un sello casi definitivo a su gestión. Ya que no quiso pedir el nivel 3 de emergencia en su momento, ahora debería pensarse reclamar a los suyos que le ayuden a caer». El 12 de marzo de este año reiteró: «Seré uno de los periodistas asentados en Madrid que mejor conoce a Carlos Mazón y debo empezar por admitir que le tengo afecto personal. Pero ni me convenció su actuación durante la DANA ni las explicaciones posteriores y cuando tenemos más de doscientos muertos encima de la mesa resulta monstruoso poner el énfasis en la salvaguarda de un cargo público, se llame como se llame».

Publicidad

No será por desconocimiento o falta de alertas y avisos. Haya hecho lo que haya hecho el PSOE o Pedro Sánchez, el PP sabe que Mazón debió dejar el cargo hace mucho tiempo. Y que cuanto más se perpetúe en él, más extenderá las llamas del incendio al resto de la organización.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad