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Manifestantes del grupo Núcleo Nacional, el pasado sábado en una marcha frente al Congreso de los Diputados. Thomas Coex / AFP

Ur-Autoritarismo

«Desde las tribus de las cavernas de la Prehistoria, en las que se manifestaron por primera vez las tendencias más dominantes de la agresiva y ambiciosa especie 'homo sapiens'»

Viernes, 14 de noviembre 2025, 21:20

Umberto Eco publicó en 1995 un breve ensayo titulado 'Ur-Fascismo' (fascismo 'primitivo', 'originario'). Ese mismo año pronunció una conferencia en la Universidad de Columbia, ... en Nueva York, con el título: 'Los 14 síntomas del fascismo eterno', publicada varias veces y poco después de su muerte, ocurrida en 2016, en el libro de ensayos 'Contra el fascismo' (Lumen, 2018).

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Eco cuenta el despertar de su conciencia de libertad y democracia cuando era adolescente, coincidiendo con la caída del fascismo de Mussolini. Una experiencia vital que le permitió reflexionar y aprender lecciones sobre un hecho histórico que en un futuro próximo probablemente sea uno de los retos y riesgos más graves que deban afrontar las democracias europeas.

De manera muy resumida, los 14 síntomas o características del 'fascismo eterno' son:

  1. 1

    El tradicionalismo, la creencia en verdades primigenias, míticas, sobre el pueblo, la sangre, la tierra y la nación.

  2. 2

    El rechazo de la modernidad racionalista desde la Ilustración, el irracionalismo.

  3. 3

    El culto a la acción, junto a la desconfianza en la cultura. «El mayor empeño de los intelectuales fascistas oficiales consistía en acusar a la cultura moderna y a la 'intelligentsia' liberal de haber abandonado los valores tradicionales».

  4. 4

    El rechazo del pensamiento crítico y del debate. «El desacuerdo es traición».

  5. 5

    El rechazo de la diversidad, del «intruso», explotando y exacerbando el miedo natural a lo diferente.

  6. 6

    Aprovecharse de la frustración individual y social, de la indignación, la rabia y las emociones primarias. «Una de las características típicas de los fascismos históricos ha sido el llamamiento a las clases medias frustradas, desazonadas, por alguna crisis económica o humillación política, asustadas por la presión de los grupos sociales subalternos».

  7. 7

    Subsumir la identidad individual en una supraidentidad de partido y nación basadas en la xenofobia y la «obsesión por el complot».

  8. 8

    Sentirse humillados por la fuerza y riqueza de otros pueblos y países rivales.

  9. 9

    El antipacifismo, la creencia en el principio ontológico de lucha, confrontación, preeminencia y guerra permanentes.

  10. 10

    El elitismo, el culto a un líder fuerte, el desprecio por los débiles.

  11. 11

    El heroísmo del individuo, del partido y de la masa social a las órdenes del líder. El militarismo, el elogio de la muerte.

  12. 12

    Un modelo dominante de género, según el patrón del machismo tradicional.

  13. 13

    El «populismo cualitativo» antidemocrático. El líder y sus seguidores deben prevalecer sobre las mayorías cuantitativas, descalificando a los «podridos» gobiernos parlamentarios. «Cada vez que un político arroja dudas sobre la legitimidad del parlamento porque no representa ya la «voz del pueblo», podemos percibir olor de Ur-Fascismo».

  14. 14

    Una «neolengua» (como en '1984' de Orwell) basada en mensajes simplistas emitidos para impartir doctrina y ser obedecidos.

El análisis de Umberto Eco, como de costumbre en él, es excelente, pero conviene matizarlo. El término 'fascismo' es un término histórico contemporáneo que suele referirse a un extremo del espectro ideológico, el de la derecha dictatorial y violenta. Pero en el extremo ideológico opuesto, el de la izquierda, ha existido el estalinismo y en la actualidad en varios países existe todavía un comunismo dictatorial y violento. La deriva antidemocrática desde dentro de las propias democracias se puede producir tanto a partir de la extrema derecha como de la extrema izquierda (países como Venezuela, Nicaragua, Colombia, Bolivia, etc., lo demuestran). Sería más apropiado por tanto hablar de autoritarismo, despotismo, autocracia y tiranía. No necesariamente eternos, pero sí conocidos a lo largo de la Historia desde antes de la Grecia clásica. En realidad, desde las tribus de las cavernas de la Prehistoria, en las que se manifestaron por primera vez las tendencias más dominantes de la agresiva y ambiciosa especie 'homo sapiens'.

Umberto Eco nos recuerda que el autoritarismo antidemocrático puede volver en cualquier momento y «con las apariencias más inocentes». «Nuestro deber es desenmascararlo y apuntar con el índice sobre cada una de sus formas nuevas, cada día, en cada parte del mundo. Libertad y liberación son una tarea que no acaba nunca».

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