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Rodaje de la segunda temporada de 'Memento Mori' en Valladolid José C. Castillo
Vida extraterrestre

Castilla y León, plató de cine

«Si nuestra santísima trinidad económica son los turistas, las tapas y ahora los rodajes de cine, apaga y vámonos»

Sábado, 18 de octubre 2025, 08:41

Últimamente, nos estamos obsesionando con atraer rodajes de películas y series a nuestro territorio, como si eso fuera la panacea. En la Feria de ... Valladolid, durante los días 15 y 16, ha habido un encuentro internacional de esos profesionales que se encargan de localizar sitios para las productoras.

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Nuestro patrimonio monumental y natural ya está incorporado a un catálogo como el de las prostitutas de Ábalos, pero con claustros románicos y bosques relictos.

Esperemos que las hordas de cineastas no causen destrozos. Habrán ustedes oído o leído que Stanley Kramer quiso volar una parte de la muralla de Ávila durante el rodaje de 'Orgullo y pasión', a finales de los años 50, aunque parece ser que la anécdota es apócrifa. De todas formas, qué lecciones vamos a dar nosotros sobre conservación del patrimonio si este verano casi arden Las Médulas y la reja del coro de la catedral de Valladolid se halla en el Museo Metropolitano de Nueva York. El obispo (luego arzobispo) que la vendió al peso, a precio de chatarra, tiene una calle dedicada a su memoria en el centro de la ciudad.

En la mente de los políticos, un tipo tirado en su sofá se traga una película y ya le entran unas ganas irrefrenables de recorrer los lugares en los que se ha rodado y allí se toma unos vinos y genera riqueza. Así de fácil. Yo creo que la realidad es más compleja, porque la oferta de sitios a los que ir resulta inabarcable y, además, atravesamos una época de bulimia audiovisual y no da tiempo de consumir ni una mínima parte de las novedades.

Como todo en la vida, lo de acoger rodajes se puede hacer con inteligencia o sin ella. En el primer caso, se cobra por la ocupación del espacio, aunque luego pongas todas las facilidades del mundo e interrumpas el tráfico o lo que haga falta. Lo cortés no quita lo valiente. Otros, en cambio, optan por el gratis total e incluso por aportar dinero público con el argumento discutible de que eso generará beneficios para la ciudad o pueblo en cuestión. Me temo que nosotros todavía militamos en el club de los pardillos.

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Este frenesí peliculero suena muy moderno, pero es un modelo de negocio que remite inevitablemente al franquismo. Si nuestra santísima trinidad económica son los turistas, las tapas y ahora los rodajes de cine, apaga y vámonos.

A ver si tenemos suerte y se rueda en nuestras calles la próxima película de Marisol. Igual hasta salimos en el NO-DO y nos visitan muchos forasteros y nos echan unas monedillas.

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