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Miércoles, 9 de septiembre 2020, 19:17
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Lápiz como lanza, y la goma como escudo. Con esas armas se han vuelto a llenar unas aulas donde no van a dejar entrar al virus. 31.000 niños y niñas han regresado al colegio en la provincia de León tras medio año de espera y lo han hecho con la lección más importante bien aprendida, informa Leonnoticias.
El coronavirus no va a entrar en sus clases y para ello cuentan con los tres elementos clave: mascarilla, gel y distancia.
Los padres han acompañado a los pequeños hasta las puertas del centro y una vez allí no han faltado los últimos consejos que tenían asumidos. «Me ha dicho que tengo que guardar las distancias y la mascarilla, y eso», explica Yeray, de Quinto. También lo tiene claro Paula, de Primero: «Que hay que lavarse las manitas, echándonos el gel, y la mascarilla todo el día para que cuando salgamos no nos contagie».
Y precisamente, la mascarilla, se ha convertido en el nuevo compañero de clase. Las hay de todos los tipos. Con guiños familiares, como el de otra pequeña con una de la Cultural, donde jugó su abuelo, comenta. Pero hay otras que cuestan que se adapten y siempre dan quebraderos de cabeza.
Las distancia ha sido lo más difícil de guardar en este primer día y es que, tras seis meses sin ver a los compis, había mucho que contar. Unos habían estado en la playa y viendo a sus primos, otros recordaban haber hecho comidas y jugado con su hermano, mientras que los más afortunados pudieron disfrutar de un patio grande durante el confinamiento.
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Aunque para garantizar que todo vaya en orden siempre están los profesores, en quienes los padres han depositado toda su confianza. Inma, tutora de Cuarto en el Colegio Leonés, aseguraba que han vuelto con ilusión y la incorporación de los niños había sido como estaba prevista. Lo más complicado ya ha pasado para ellos, y fue durante los días previos, donde se estableció el protocolo y las pautas para poder volver.
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Ganas y optimismo en el claustro que se contagia entre los alumnos. Toca adaptarse a una nueva normalidad donde se acabó compartir patio con otra clase y toca convivir con la mascarilla y el gel.
Eso sí, si en alguien se puede confiar para garantizar una vuelta al cole segura es en ellos, que, en en este primer día ya han demostrado estar preparados para que el coronavirus no se siente en su mesa.
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