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Jueves, 26 de enero 2017, 10:46
Tarde de sorpresas en el juicio por el crimen de Roberto Larralde, en una jornada en la que se ha avanzado en la incriminación de José Ramón Vega como autor material de la muerte del exboxeador.
La testifical de Antonio Gabarri Romero ha resultado determinante en este sentido. En la sala ha asegurado que fue Adrián Martínez Rodríguez (otro de los encausados) quien le hizo llegar el arma y que a continuación y por un precio de 700 euros entregó la misma a Vega.
Abiertamente ha reconocido la venta del arma y con la misma firmeza ha asegurado que ve a José Ramón Vega «capaz de matar».
En su declaración ha habido algunas afirmaciones fue implican aún más al acusado por este crimen: «Ramón me dijo que por dinero era capaz de quitarse de en medio a quien fuera».
Ramón, un hombre de «sangre fría»
Sobre la venta del arma la ha relatado del siguiente modo: «Adrián me debía 700 euros y me ofreció la pistola como pago. Esperé unos días y como Ramón me había pedido una lo acepté como pago y fue Ramón quien me dio los 700 euros por ella».
«Ramón me comentó que daba palizas por dinero, es un hombre de sangre fría», también ha asegurado.
En el mismo sentido Antonio Gabarri ha remarcado que «Carlos (Heli de la Red) hacía lo que le decía su jefe» y que Julio (López, pareja y amante de Miriam) y Froilán (el detective que presuntamente urdió el plan) eran uña y carne. «Incluso algo más, según me dijo Ramón un día les pilló en el coche...», aseguró.
«Carlos (al que se utilizó para reubicar las llamadas de móvil) estaba muy enfadado en la cárcel porque Ramón Vega (acusado de ser el autor material) le dijo que no declarara y que lo dejara todo en su mano, pero Carlos quería hablar», indicó.
Un pago de 200.000 ó 300.000 euros
Según se ha señalado en la sala Julio «le hablaba a Ramón de 200.000 o 300.000 euros y éste le dijo que no, que esto valía mucho más».
Respecto a Roberto Larralde ha asegurado que era «un chico sano, buena persona, no tengo nada malo que decir de él. De tan bueno que era ignorante y el que le daba confianza pues... tenía un gran corazón».
Sin duda, este miércoles no ha sido el mejor día para José Ramón Vega. El acusado sufría un incidente al descender del furgón policial en el que llegaba a la Audiencia Provincial de León, por lo que tuvo que ser acompañado por un policía para acceder con complicaciones a su asiento.
Esto parecía ser el presagio de lo que le esperaba al presunto asesino de Roberto Larralde.
Los testimonios de Antonio Gabarri y Adrián Martínez han echado por tierra la coartada de Ramón y han asegurado que este «sería capaz de matar a cualquiera por dinero».
Incluso han ido a más y han calificado al acusado de «desequilibrado». Gabarri ha relatado que Ramón en el Bar Granada hablaba de un perro imaginario. «Le tiraba las tapas al suelo y todo, y claro nadie se las comía porque no había ningún perro». También confesó que éste le había comentado que «daba palizas a la gente por dinero, es un hombre de sangre fría».
Adrián Martínez, por su parte, narró la historia de Segovia en la que Ramón portaba la pistola que le había vendido Gabarri y la cual encañonó cuando se encontraron con la policía. «Aparta, Cásper, que les voy a abrasar», fue la supuesta frase utilizada por el presunto asesino.
Antonio Gabarri, por último, ha remarcado que nunca pensó que la venta sería para un acto delictivo. No dije la verdad como testigo cuando me preguntaron si Ramón tenía pistola, dije que no lo sabía. Tengo la conciencia muy tranquila, yo no he arrebatado la vida a nadie, por eso no he pedido protección».
Adrián confirma la versión de Gabarri
El último de los acusados en prestar declaración ha sido Adrián Martínez Rodríguez, autor confeso del delito de tenencia ilícita de armas y para el que el abogado de la familia Larralde solicita 25 años de prisión por colaborar en el asesinato de Roberto.
El apodado como 'Cásper' ha reconocido que vendió el arma a Antonio a cambio de una deuda de 700 euros que mantenía con él. «Cuando se la entrego, a los días me dice que se la vendió a Ramón».
De hecho, Adrián ha declarado que él mismo vio cómo José Ramón Vega llevaba consigo el arma en un viaje que realizaron juntos a Segovia para dar «un palo de cocaína». El joven acusado relató los hechos por los que el presunto asesino quiso usar la pistola en el viaje: «Nos quiso parar la policía y Ramón me dijo: aparta Cásper que les voy a abrasar, y cargó la pistola».
El magistrado tuvo que llamar la atención al declarante por referirse a Vega como «ese discapacitado».
Así mismo, reconoció a Roberto Larralde como una persona «sana, que entrenaba a diario, no le vi ni fumarse un cigarro, ni salir de fiesta...».
Por último, aseguró no tener miedo a la familia de la víctima «como mucho tengo miedo a Ramón por cómo es».
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