La Justicia francesa confirma la condena de Sarkozy por la financiación ilegal de su campaña de 2012
La decisión obliga de nuevo al expresidente de Francia a llevar durante varios meses un brazalete electrónico, dispositivo que le permite evitar su encarcelamiento por el caso Bygmalion
Al expresidente francés Nicolas Sarkozy le duran poco tiempo las buenas noticias. Apenas dos semanas después de su excarcelación tras haber pasado 20 días en ... una prisión en París, el exjefe del Estado galo ha sufrido este miércoles otro revés judicial. La Corte de Casación ha desestimado el recurso de sus abogados y ha condenado de manera definitiva al exmandatario conservador por la financiación ilegal de la campaña presidencial de 2012. Con esta decisión, el equivalente francés del Tribunal Supremo ha confirmado la pena de un año de prisión (con seis meses condicionales), pronunciada en febrero de 2024 por los jueces en segunda instancia, por el caso Bygmalion.
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A pesar de que ese castigo ya es definitivo, Sarkozy no volverá a la cárcel, puesto que los jueces le han permitido que cumpla esa pena por el caso Bygmalion llevando un brazalete electrónico. Ya se había convertido en diciembre del año pasado en el primer exjefe del Estado en ver su libertad limitada debido a un dispositivo electrónico de este tipo a lo largo de la historia de la Quinta República. Después de la decisión de este miércoles, el que fue presidente de Francia entre 2007 y 2012 tendrá que llevar de nuevo un brazalete durante los próximos meses.
El recurso ante la Corte de Casación era la última bala que le quedaba al exmandatario para evitar su condena por la financiación ilegal de su campaña de 2012. Como sucedió el año pasado con el caso de las escuchas judiciales, los magistrados de esta instancia superior han desestimado el trámite. «El candidato (Sarkozy), el director de campaña (Guillaume Lambert) y los dos responsables del partido que lo apoyaban (Eric Cesari et Pierre Chassat) son condenados definitivamente», ha indicado el equivalente del Supremo en un comunicado transmitido al mediodía.
Gastó el doble de lo permitido
La Corte de Casación ha confirmado que el exdirigente no solo sobrepasó el tope legal que un candidato puede gastar en una campaña presidencial, sino que también recurrió a un sistema de facturas falsas para camuflar esa ilegalidad. En concreto, su equipo de campaña gastó cerca de 43 millones de euros, lo que representa casi el doble del máximo autorizado por la legislación gala (22,5 millones). Este caso fue bautizado Bygmalion en referencia a la empresa de comunicación implicada en la trama. A pesar de ese derroche de recursos, no le sirvió para lograr su reelección en unos comicios en los que venció el socialista François Hollande.
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Como hizo en los otros casos de corrupción en los que está implicado, Sarkozy dijo que se trataba de «mentiras» y de una «fábula» y negó «cualquier responsabilidad penal». Pero su retórica vehemente se ha visto de nuevo desmentida por una decisión judicial. Tras el anuncio del equivalente al Supremo, sus abogados se han limitado a decir que el expresidente, de 70 años, «toma nota del rechazo de su recurso». Y no han mencionado un posible recurso ante la justicia europea tras haber agotado todos los trámites posibles en Francia.
Decisión eclipsada por su encarcelamiento
Pese al estigma y el valor simbólico de que condenen de manera definitiva a un expresidente por segunda vez, la decisión de la Corte de Casación quedó eclipsada mediáticamente por el encarcelamiento de Sarkozy entre el 21 de octubre y el 10 de noviembre. El Tribunal de París lo había castigado a finales de septiembre con cinco años de prisión por la financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007 a través de los petrodólares de la dictadura libia de Muamar el Gadafi. Aunque pasó menos de tres semanas entre rejas, Sarkozy publicará un libro el 11 de diciembre sobre su experiencia en la prisión parisina de la Santé.
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El Tribunal de Apelación volverá a juzgar a partir de marzo del año que viene la sulfurosa trama libia, por la cual fue declarado culpable por un delito de asociación de malhechores. Tanto los abogados del expresidente como la Fiscalía —con intenciones opuestas— recurrieron el veredicto del 25 de septiembre. Sarkozy, sin embargo, corre el riesgo de que se repita la misma historia que con el caso de las escuchas judiciales y el Bygmalion: otra condena en segunda instancia y que el Supremo rechace el probable recurso de sus abogados. Solo una sentencia absolutoria le serviría para limpiar un poco su maltrecho honor.
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