Juan Gay Domenech: «Sin agricultura y ganadería, ¿de qué se va a alimentar la sociedad?»

Juan Gay Domenech asegura que le dan miedo pocas cosas. No en vano hasta que decidió dedicarse a la agricultura y ganadería ecológica lo suyo era volar pues era instructor de vuelo de aviación comercial en Escocia hasta que un día lo dejó para volver a su Megeces natal, pero la pandemia de la covid-19, que se ha llevado ya por delante varias decenas de miles de personas en España, y otros mucho miles más en todo el mundo, así como el elevado número de contagiados e infectados, se ha sumado sin quererlo a la escueta lista de temores que tenía.

Temor porque en él concurren por partida doble las figuras de empresario y trabajador de un negocio del que depende su familia, formada por su mujer y tres hijos de corta edad. No le va mal y ha visto en estos últimos meses, como contrapartida a tantas malas noticias, un incremento de casi el 40% en sus ventas de los huevos ecológicos que produce bajo la marca Granja Tablares y se encarga de comercializar directamente a través de grupos de consumo, tiendas especializas en productos ecológicos y gourmet y particulares de Valladolid capital así como de la comarca de Tierra de Pinares.

Sin duda la parte más positiva de la pandemia, que en principio le cayó como una losa al decretarse la prohibición temporal de celebración del mercado ecológico que, cada mes, tiene lugar en la Plaza de España de la capital vallisoletana como consecuencia de la declaración del estado de alarma y el confinamiento de la población en sus hogares. En ese mercado, además de la venta directa recogía numerosos encargos de particulares.

Situación que complicaba dar salida a parte su producción, pero que se ha resuelto de alguna manera gracias a la unión de los productores ecológicos de la provincia integrados en la asociación VallaEcolid mediante el envío de cestas de alimentos ecológicos y de proximidad a domicilio mientras dure el estado de alarma.

Un proyecto piloto de distribución de alimentos de proximidad nacido de la necesidad de actuar y proponer alternativas sociales viables ante el propio sistema alimentario actual, «para el que es preciso apoyar la producción de cercanía y de confianza. La producción local es resiliente y se ha adaptado a los cambios para seguir abasteciendo de alimentos, además de propiciar la soberanía alimentaria como marca la Estrategia Alimentaria de Valladolid».

Y es que el temor de Juan Gay a un posible contagio de la covid-19, y a su vez de poder transmitirlo a otras personas al ser el manipulador de los huevos, al ser esencial su actividad para el consumo humano, podría acarrearle consecuencias imprevisibles pues pocos, salvo una persona que tiene autorizada, como establece el protocolo que tiene establecido, podría realizar las labores de manipulación de los más de 5.000 huevos que producen semanalmente sus 1.200 gallinas en la explotación que posee en la Finca Tablares, situada a caballo entre las localidades pinariegas de Megeces y Mojados de alguna manera le ha hecho, si cabe más fuerte, aunque no hasta el punto de considerarse un héroe tomando cuantas medidas de seguridad tiene a su alcance.

Su espíritu aventurero y las posibilidades que le ofrecía el disponer de una finca familiar donde poder embarcarse en un proyecto de desarrollo rural no dependiente de las cadenas de distribución convencionales, ser más fácil el poder defender su producto y el precio de este, además de otras razones de carácter medioambiental, le llevó el año 2009 a poner en marcha la explotación avícola. Cuatro años después recibió el sello del Consejo de Agricultura Ecológica, que sirve de sustento económico a su familia. Y además en un municipio como Megeces, ejemplo de producción ecológica con una explotación de ganado vacuno para producción de leche y otros derivados lácteos y varias explotaciones agrícolas dedicadas a cultivos ecológicos.

La opinión de Juan Gay sobre el momento óptimo que actualmente vive la producción ecológica, «no deja de ser algo circunstancial por la situación que se registra», porque la verdadera crisis por la pandemia no es la que estamos pasando ahora: «Es la que está por llegar, que no sabemos cómo nos va a afectar».

De ahí su llamamiento a los consumidores de productos ecológicos, «tanto los que ya eran habituales como a los que se han ido sumando por esta circunstancia, y que no cabe duda que en un alto porcentaje volverán a los productos convencionales, a apoyar al comercio tradicional de proximidad y a los productores locales con el fin de garantizar la vida en el medio rural. Porque por mucha industria que haya, sin agricultura y ni ganadería difícilmente las personas podrán alimentarse».

Granja Tablares es una explotación agrícola con ganadería avícola que se abastece con cereales y leguminosas ecológicas producidas en la propia finca. Juan Gay aprovechó un antiguo gallinero que adaptó para albergar varios lotes de gallinas, hasta las 1.200 actuales, complementando la explotación con un servicio y un vestuario, con el que cumplir con la normativa, y otras tres estancias: una donde se aloja un molino para hacer el pienso que comen los animales, otra destinada al marcado y envasado de los huevos, y una última que se utiliza como oficina y punto de venta. Las gallinas tienen acceso al exterior las 24 horas del día, con más de 10 metros cuadrados de superficie de patios por ave.

Además de contar con el sello del Consejo de Agricultura Ecológica para sus huevos desde 2013, Granja Tablares es miembro de Ganeca (Asociación de Amigos de la Gallina Castellana Negra), entidad con la que coopera para llevar a cabo un proyecto en la propia granja y otras interesadas en la selección y mejora de esta raza autóctona castellana.