Fomento del desarrollo educativo y social de la infancia en situación de vulnerabilidad

A través de actividades de refuerzo educativo, la delegación de Cooperación Internacional en Castilla y León desarrolla dos proyectos en Valladolid y Salamanca para favorecer la integración de estos menores en situación de vulnerabilidad. Una iniciativa que cuenta con el apoyo de la Fundación 'la Caixa' en la convocatoria de ayudas a proyectos sociales. «Es importante el compromiso social. Estas ayudas contribuyen a estabilizar proyectos como el nuestro que nos permite llegar a más niños y dedicar personal necesario», apunta Ismael Negro, coordinador de la delegación de Cooperación Internacional en Castilla y León con sede en Valladolid desde 2010.

El programa cumple con una doble función, porque, por un lado, contribuye a la sensibilización de los jóvenes voluntarios que participan y, por otro, ayuda a los menores en situación de vulnerabilidad a motivarles en una continuidad en su educación. Está desarrollándose en los últimos seis años, en las instalaciones del centro Lestonnac, en el barrio de Pajarillos y durante los últimos cuatro años, en el barrio Garrido (Salamanca), con la colaboración de Cepaim, donde imparten apoyo socioeducativo a niños refugiados. «No se trata de un apoyo escolar más», aclara Ismael Negro, que además explica que los voluntarios que ayudan en estas clases son jóvenes de entre 16 y 30 años. «Muchos son universitarios y sirven de referente a estos niños para que sepan que es posible estudiar una carrera», porque «muchas veces su entorno se limita a tercero o cuarto de la ESO, y no tienen esa capacidad de mirar más allá».

El enfoque educativo de estas sesiones se distribuye en una primera hora de estudio y ayuda de las asignaturas con las que tengan más dificultades, y una media hora final en la que se lleva a cabo talleres de manualidades, baile, teatro o deporte. «En ese ámbito, lo que intentamos inculcarles son valores como el esfuerzo, la responsabilidad o el respeto. Suelen vivir en un entorno en el que falta una educación emocional. Construimos una relación basada en la confianza a través del cariño».

En el caso de Valladolid, los resultados de estos apoyos son una realidad cuando «el director nos dice, se nota el progreso de los que acuden porque en más de un caso hemos visto que en el primer trimestre le quedan bastantes asignaturas y luego acaba el curso pasando limpio».

Por otro lado, los beneficiarios del apoyo socioeducativo de Salamanca se centran en el aprendizaje del español. «Los padres nos cuentan que el hecho de tener a un voluntario solo para que esté con él le ayuda mucho y avanza en el aprendizaje. Están en un ambiente con niños en su misma situación», señala.

Actualmente, cuentan con ocho voluntarios en Valladolid y 17 en Salamanca. «Tratamos de fomentar la cultura solidaria en los jóvenes, porque son el presente y el futuro, porque son los que podrán cambiar su entorno más cercano», añade. Por este motivo, el coordinador aprovecha para desmentir la idea de que la falta de compromiso de la juventud. «Hay jóvenes muy generosos que lo dan todo por los chavales. Una tarde de ocio como puede ser la del viernes, dedican un par de horas a estos chicos».

En cada apoyo hay un coordinador además de los voluntarios. El proyecto comienza en septiembre y abarca todo el curso escolar, pero también en julio se organiza un campamento urbano y actividades de ocio y tiempo libre. «Intentamos hacer alguna excursión con la que poner el broche final al apoyo», concluye el coordinador de proyectos en cooperación in

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