Una parte para cada equipo, empate justo del Tordesillas

En el duelo de Atléticos, Astorga y Tordesillas, firmaron tablas en la batalla de La Eragudina, con oportunidades para que cualquiera de los dos hubiera pescado los tres puntos y, a la vez, ninguno. Una parte para cada equipo, para al final repartirse las alegrías y las tristezas, porque el choque terminó con la sensación de satisfacción por no irse de vacío, pero también de rabia por no aprovechar alguna acción para desnivelar el marcador.

Ateniéndose al inicio, el más contento sería el cuadro rojiblanco. Salió dormido, sin intensidad el conjunto de Marchena, que se vio a merced de un Astorga que tampoco llegaba con mucha claridad al área, pero que ganaba las segundas jugadas y se veía mejor sobre el césped. El balón parado estuvo a punto de poner por delante al equipo maragato. Lorian rozó el gol en una falta y en otro saque de esquina poco después el Tordesillas se salvó del 1-0.

Poco fútbol y mucho balón largo, aunque con el paso de los minutos la escuadra vallisoletana se fue acomodando, como si se quitara el miedo escénico de un terreno de juego donde hace bastante tiempo que no pescaba algo positivo. Tuvo que llegar el intermedio para que los pupilos de Marchena resetearan y volvieran a competir.

Porque si el Astorga se lamentaba de llegar al descanso con un empate, casi acabó celebrando terminar así el partido. Fruto de que los locales no dejaron ir a por el partido surgieron dos contras que podrían haber sido definitivas. Porque el Tordesillas desaprovechó ocasiones que no suele desperdiciar. Menos aún su máximo goleador, Chatún, con permiso de Torres que le iguala en tantos.

De hecho, entre ellos gestaron la oportunidad más clara del partido. Pase al espacio de Torres con el que Chatún le hizo una vaselina al portero, pero cuando estaba a punto de rematar a puerta vacía apareció Herrador para obrar el milagro de salvar un gol cantado. Entró Dani Díez, que animó bastante el ataque, y otro de los recién llegados al terreno de juego protagonizó la otra gran oportunidad del segundo tiempo.

Anibarro se quedó solo ante el guardameta local, un poco escorado, pero mandó el cuero por encima de la portería por muy poco. Era el momento del Tordesillas, que no lo pudo aprovechar. El choque se había convertido en un toma y daca que al final no salió ni bien ni mal a nadie.

Y las fuerzas empezaron a fallar porque los cambios tampoco aportaban en exceso. Es más, a los dos equipos se les notaba justos físicamente. El escenario dejaba un final de partido vibrante, con ninguno de los dos dando bueno un punto que, sin ser un drama, tampoco les aupaba a sus objetivos más ambiciosos. El del Astorga, mirar al playoff, y el del Tordesillas, presionar a los dos primeros clasificados.

Regresó el balón largo para el tiempo añadido. En realidad nunca se había ido, y en esas fue muriendo el choque, sin ninguna ocasión clara que narrar. El equipo de José Luis Lago sigue su buena dinámica, pues suma siete encuentros sin perder y los tres últimos sin recibir goles, y los hombres de Marchena acumulan diez puntos de los últimos doce en liza y se mantienen terceros a la espera de lo que haga el Salamanca hoy en Miranda de Ebro.

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