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Adri Fernández, del Mojados, defiende la acción de ataque de Unionistas B J.D.E.

El Mojados hace oficial su despegue

Colino inventa el triunfo frente a Unionistas B y Alberto lo sostiene bajo palos para sacar al equipo vallisoletano del descenso

Juan Díez Regidor

Sábado, 8 de noviembre 2025, 20:12

Había aroma a gasolina, se notaba el olor a los motores en funcionamiento y eso indicaba que el avión estaba a punto. Tardó demasiadas jornadas ... en hacerlo, pero lo hizo a tiempo. El Mojados ya está en vuelo, será largo, ofrecerá turbulencias, pero el primer paso, el de despegar, ya está dado. Ante el Unionistas B firmó su segunda victoria consecutiva en casa.

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Los antecedentes daban la razón a Diego Macón para, en su mayoría, repetir el once. Para qué tocar lo que estaba empezando a ir bien. La imagen frente al Júpiter se había refrendado con la de Guijuelo, mejor aún pese a perder dos puntos en el tramo final, así que todo lo que no fuera mantener el grueso de la alineación iba a ser una sorpresa. La entrada de Adri Fernández con el fin de hacer daño por la derecha fue de lo poco llamativo.

Tampoco sorprendió el guion. El Mojados vive bien en las distancias largas, se siente agusto en partidos en los que no pasa nada porque sabe que el rival se atolondra. Los partidos en el Municipal no suelen ser candidatos a los Oscar, muchas veces por el deseo local de que, así, las opciones de sumar crecen. Este no fue una excepción si bien el primer tiempo quizás se fue de las manos.

Fue una concatenación de imprecisiones que no llevaban a ningún sitio. Ni a unos ni a otros, salvo en la única acción digna de llevar el apelativo de ocasión que, irónicamente, pudo ser gol. Literalmente, porque si la pelota no atravesó la línea se quedó a milímetros. Todo fruto de un error del guardameta de Unionistas B que se quedó en un susto. El único del primer tiempo, que acabó por aplastamiento.

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Mojados

Alberto; Adri, Méndez, Capi, Andrés; Cristian, Valdés (Alvi, min. 61), Anta (Chuchi, min. 78), Arranz (Mati, min. 78); Cada (Juan Leal, min. 89) y Colino (Unai, min. 89).

1

-

0

Unionistas B

Víctor; Fon, Pablo Pérez, Toni (Miki, min. 71), Rafa; Isma, Josito, José Manuel, Astu (Mellado, min. 74); Faba (Hugo Martín, min. 71) y Cañe.

  • Goles 1-0 Colino (min. 67).

  • Árbitro Domingo Heras (Soria). Amonestó a los locales Arranz, Andrés y Mati y al visitante Toni.

  • Otros datos Municipal de Mojados. 250 espectadores.

Diego Macón fue el primero en mover peones, aunque la Reina del tablero llevaba ahí desde el principio. Colino es infinito. Puede parecer que no está en su mejor momento, pero da vértigo siempre. Ya adelantó a su equipo en Guijuelo aunque finalmente solo sirviera para sumar un punto. Este sábado su gol, marca de la casa, valió tres.

Había conseguido, por fin, tener algo de espacio para correr el Mojados. Entre ponte bien y estate quieto la defensa visitante parecía no querer despejarla, así que Colino aprovechó la indecisión para zurrarla con potencia sin que el portero pudiera ni olerla. Golazo y película conocida, la de catorce días antes frente al Júpiter. Sin embargo, el sufrimiento dio paso a un final de partido incluso plácido (hasta el descuento).

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Porque el gol espoleó a los vallisoletanos. Apenas dos minutos después Cada tuvo el segundo; y después Alvi; y después Anta. Estaba la contienda para ser sentenciada con la colaboración del guardameta de Unionistas B que generaba de todo menos seguridad. Tal era el 'confort' que entre Colino y Cada tuvieron tiempo para brujerías en la banda con un conjunto salmantino que parecía haber arrojado la toalla. Solo parecía.

Con el descuento llegaron las prisas de unos y los nervios de otros. Unionistas B había avisado ya en un córner que dejó una gran respuesta de Alberto, pero en el 92 otro tiro de esquina derivó en una doble ocasión, que hizo emerger los fantasmas de la Arandina. Primero con un remate que se estrelló en una espalda y después con un tiro en boca de gol que se marchó lejísimos. Aún con el susto, en el 95, un disparo extrañísimo se envenenó obligando una vez más a Alberto a sacar la manopla.

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La desvió a un córner que nunca se sacó, para alivio local, que se complicó la vida por querer irse antes de tiempo. Una cosa es despegar y otra querer aterrizar temprano. Para que el viaje no se atasque lo mejor es ir despacio. De momento, el vuelo del Mojados duerme por primera vez por encima del descenso.

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