Empate de libre interpretación

Acostumbrado a que ocurra de todo en sus partidos, desde penaltis polémicos a inicios catastróficos u ocasiones falladas, que en la primera media hora no pasara nada fue un ligero alivio para el Unami. El primer asalto fue una toma de contacto a fuego lento, dominado por las pequeñas luchas, la de Sergio Alcubilla presionando y forzando un córner que Velasco remataría desde el suelo. Mientras, Víctor, el portero local, y Edipo, una bala en la presión que estuvo cerca de aprovechar una confusión en la zaga azulona, jugaban al gato y al ratón.

El primer acercamiento lo protagonizó el Almazán con un tiro escorado de Ángel que desvió Víctor; pero el paso de los minutos hizo subir las acciones del Unami, que buscaba la orfebrería ofensiva a partir del juego de espaldas de Diego Alcubilla y Rogero, que se vació, especialmente en la primera parte. Nadie jugó el partido a sus revoluciones y su equipo se subió al tren en un tramo final del primer tiempo en el que mereció el gol. Rogero participó en casi todas las tentativas azulonas. Persiguió un balón picado de Quino y remató desde una posición escorada; con todo, el meta falló en el rechace, que salió centrado pero no encontró una camiseta azulona con la guadaña.

Cosas de la suerte: al colista no le suele salir el número en la ruleta. El delantero lanzó otra secuencia ofensiva con un caño de tacón que desembocó en un disparo tímido de Ibra. Y la más clara del primer acto, con un gran gesto técnico y asistencia en profundidad a Alcubilla, pero este no pudo definir ante Alberto, que salió raudo a su encuentro y cerró huecos. También lo intentó con un disparo arqueado desde el vértice del área que se marchó muy desviado. El Unami volvía a irse al vestuario con un resultado por debajo de sus méritos.

La moraleja esperaba cuando el marcador de la segunda parte solamente registraba los segundos. Domingo trató de embolsar con el pecho un balón largo de Ángel, pero el esférico salió rebelde y Edipo, todo un felino, le robó la cartera. Solo tenía por delante a Víctor, así que Cámara se sacrificó segando su esprín a centímetros del área. Evitó el gol y el penalti, pero no la roja –un castigo que el Unami considera cuestionable– y se fue al vestuario mientras Edipo mandaba una falta propicia por encima del larguero.

La superioridad numérica ponía al Almazán, casi inédito en ataque, al timón del partido. El Unami mantuvo la compostura con Velasco como central, pero Sergio Alcubilla tuvo que salvar los muebles con una estirada que bloqueó el tiro a placer de Edipo, que se llevó la amarilla por pedir efusivamente córner. El balón parado lo equilibra todo y Velasco estuvo cerca de embocar un balón suelto en área chica que se perdió en la muralla de piernas sorianas. Los visitantes también amenazaron con un testarazo picado de Checa, que aprovechó un gran envío de Víctor para obligar al tocayo de su asistente a meter la manopla salvadora.

No se amilanó el Unami, que presionaba arriba con uno menos y forzaba un córner. El mérito local fue que la expulsión no rompiera el encuentro y llegar al cuarto de hora final con la victoria en el balancín. Con sus carencias, fueron los segovianos los que más cerca la vieron, acumulando córners en busca del rechace soñado, el que le cayó a Quino en el punto de penalti y desvió la defensa.