Mike Hansen y su espina clavada: «Quiero que el equipo enganche a la afición»

Valladolid, con la espina aún clavada y el bofetón de realidad que recibió la última temporada, presenta credenciales para figurar en un segundo vagón desde el que amenazar a los poderosos, económicamente, de la LEB Oro. En ese ránking que divide la competición antes incluso de empezar, Estudiantes figura como favorito y aspirante indiscutible al ascenso directo –campeón de la liga regular–, con un grupo de cinco clubes que han crecido exponencialmente, caso de TAU Castellón, Granada, Leyma Coruña y Alicante, y de manera notable Palencia. El segundo descendido de la Liga ACB, San Sebastián, se ha desmantelado y a priori partirá un paso por detrás.

En este contexto el escenario, si cambiamos Breogán por Estudiantes, no difiere mucho del que levantó el telón la pasada campaña, con un Real Valladolid Baloncesto que ha dado un volantazo en busca de la ambición que le faltó a su último proyecto. Se ha dado la espalda a los nombres para apostar por jugadores con hambre y ganas de dar un salto en sus carreras.

El giro, sin embargo, no va acompañado de un aumento presupuestario y, en su segundo curso de la mano del fútbol, el club vallisoletano ha vuelto a acudir al mercado con la misma partida presupuestaria. Con un presupuesto global de 880.000 euros, la cantidad destinada al primer equipo se cifra de nuevo en 640.000 euros –contratos, viajes, intendencia, etc–. «Queremos seguir haciendo las cosas con cabeza. Hay clubes con deudas importantes y nosotros, con algún déficit, hemos podido salvar un mal año», asegura Mike Hansen, satisfecho con el cariz que ha ido tomando el nuevo proyecto durante el verano. «Es una grandísima noticia para el club que Roberto González haya aceptado dirigir al equipo. Es una persona que no necesita hablar de sí mismo y encaja en nuestra filosofía de club, además de conocer perfectamente la casa», reconoce el presidente de la entidad.

El UEMC Real Valladolid presenta esta campaña un plantel con siete caras nuevas, además del técnico, y un buen número de jugadores por explotar. «Sabemos donde fallamos el año pasado y se ha optado por apostar por gente involucrada y con hambre que puedan atacar y también defender. Es la primera vez en la historia del club en la que todos los jugadores, salvo Pippen, tienen experiencia en la LEB Oro, y es un buen dato. Los mimbres son buenos y ahora solo falta engrasar la máquina», comenta Hansen, obsesionado por encima de cualquier otro objetivo deportivo con enganchar de nuevo al aficionado al baloncesto.

Al máximo responsable del club se le pregunta por los retos de la temporada y responde pensando en el aficionado. «Lo primero es llegar a las 11-12 victorias [que garantizan la permanencia], pero sobre todo hay que enganchar a la afición. El año pasado hubo un distanciamiento por el covid y porque el equipo no se entregó lo suficiente atrás. Tenemos que cumplir esas dos premisas», subraya Hansen, de cuyas palabras se desprende que mantiene una deuda pendiente con los abonados. «Lo que quiero por encima de todo es que el equipo enganche a la afición. El año pasado fue muy duro. Ya lo ha dicho Roberto, vamos a ser honestos atrás como primer paso para que Pisuerga vuelva a vibrar», promete.

Hasta la fecha, y sin haber disputado un solo amistoso, la cifra de abonados ya supera los 700. Techo que se espera multiplicar en cuanto el equipo empiece a dar muestras de su capacidad, ya con público en las gradas. La primera oportunidad será el día 11 con el FC Porto como rival.

Roberto González, que tuvo tuvo ayer una primera toma de contacto con la plantilla, dispone ahora de diez días de intenso trabajo para sentar las bases e inculcar el estilo que pretende para el UEMC Real Valladolid 21-22 antes de comenzar la gira de partidos amistosos. La fecha del 18 de septiembre con cita en el pabellón Pisuerga ante Estudiantes, justo en el ecuador de la pretemporada, se antoja atractiva para saber en qué punto se encuentra la preparación de los dos equipos. Un encuentro que, aunque amistoso, medirá dos realidades entre un club con urgencias por volver a la Liga ACB y otro que aspira a regresar algún año.

Y en este punto, cuando entra la plantilla del Estudiantes por medio, los ecos del ascenso parecen sonar mucho más lejos de Pisuerga. Ni siquiera el matrimonio con el Real Valladolid de Ronaldo ha provocado el más mínimo acercamiento con clubes que hace bien poco estaban en un segundo peldaño, caso de Castellón o Alicante.

Mike Hansen se reconoce encantado con la relación que mantienen fútbol y baloncesto. «Hay que dejar atrás los 'peros', el que no lo vea no es realista. Estar en ACB como éramos antes es inviable. Todo lo que se necesita para estar en la ACB lo tiene el fútbol», admite, sin perder de vista las necesidades que sigue teniendo el club. «Siempre se puede mejorar y todos somos exigentes con cosas que nos pueden ayudar, como tener más pisos para traer jugadores que se han escapado, pero hay que ir paso a paso», matiza.