Mike Hansen / Presidente honorífico del CB Ciudad de Valladolid
«Si no se asciende no sería ningún desastre, construimos un proyecto»Repasa la actualidad del club a las puertas del inicio de la competición, ahora metido de lleno en la parcela deportiva y de gestión diaria del club
El descenso a Segunda FEB vino acompañado de una vuelta al calcetín interno en el CB Ciudad de Valladolid que implica un cambio en la ... forma de trabajar y hacer las cosas. Mike Hansen ha salido del anonimato para, en su calidad de presidente honorífico, irrumpir en la parcela deportiva y también de gestión del club. Su definición, sin embargo, es menos técnica. Se considera un pacificador que aúna voluntades en pro del club que fundó hace diez años.
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–¿Cómo se ha levantado el club internamente tras el varapalo sufrido con el descenso?
–Hay que pensar que no solo se ha bajado deportivamente, también económicamente es una situación complicada. La llegada de Paco González ha ayudado mucho en el día a día, especialmente para dar la cara con los proveedores a los que se les debía dinero, y luego los directivos están haciendo una gran labor repartiéndose tareas. Intentamos transmitir confianza y credibilidad, que es algo que nos llevará tiempo conseguir porque se pierde en un día pero no se gana en un día. Es un trabajo duro y desagradable, pero si queremos tener baloncesto es un trabajo que hay que hacer. En mi caso he recuperado la credibilidad con los agentes, me pidió la directiva que ayudara a formar una plantilla y lo he hecho lo mejor posible. Con todas las noticias negativas que había, hemos apagado ese fuego y les hemos ilusionado con el proyecto.
–¿Es más viable el club hoy que hace dos meses?
–La situación es de lucha constante para poder tener tesorería y seguir trabajando. Todos trabajamos en esa dirección.
–¿Qué es más difícil de gestionar, la Primera o la Segunda FEB?
–Pues mira, en la situación en la que está el club, no me preocupa tanto haber bajado porque creo que se necesita ese compás para reorganizarse. Hemos tenido mucha suerte porque todos los espónsores han mantenido su apoyo. Las instituciones también, y qué decir de la campaña de abonados, que estamos muy cerca de la cifra del año pasado.
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–Se dijo hace unos días en rueda de prensa que el plan de viabilidad está funcionando, ¿a cuánto asciende la deuda a día de hoy?
–Prefiero no contestar esto, es la directiva quién tiene que hablar en este sentido.
«Hemos vuelto a un presupuesto realista que el club se puede permitir. Gastar más no implica ser más ambicioso»
–Hablemos, entonces, de la plantilla, ¿qué grado de satisfacción tiene con su configuración?
–Yo estoy muy contento. David, Paco y yo hemos trabajado conjuntamente en todo. He visto más vídeos este verano que en los últimos años porque creo que los 'highlights' no valen para nada, tienes que ver partidos buenos y malos de un jugador. Estoy muy satisfecho, luego Paco [González] ha cerrado contratos. Yo no los he cerrado, él ha sido quien ha hecho una buena labor reduciendo el presupuesto que teníamos para fichar a base de incentivos con el famoso 1+1 que tanto se está hablando. Hemos pensado en jugadores con una trayectoria que estaban en órbita de LEB Oro.
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–¿De ahí esos incentivos?
–La ACB está perdiendo jugadores que se van a la NCAA, la LEB Oro los pierde porque se van a la ACB por cupos, la LEB Plata también... hay un éxodo masivo a las ligas americanas que es imparable porque no puedes competir con los presupuestos que tienen las universidades. ¿Qué sucede? Que el jugador nacional está subiendo su estatus, nosotros tenemos unos cuantos que están creciendo y que pensamos que pueden seguir con nosotros si llegamos a LEBOro. No sé si ha sido suerte o que lo hemos hecho muy rápido, pero de los diez jugadores que queríamos, los diez han aceptado. Todos han sido primeras opciones.
–Pero se corre un riesgo porque esos incentivos pueden llegar a condicionar un hipotético ascenso. ¿Son asumibles?
–Todos los incentivos que se han dado están dentro de ese presupuesto. La directiva nos ha facilitado y hemos vuelto a un presupuesto realista que el club se puede permitir. Porque gastes más no eres más ambicioso.
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–¿Hipotecaría la parte deportiva? Porque podrías verte en Oro con 7-8 jugadores renovados...
–No. No todo el mundo está en esa situación, pero yo creo mucho en los bloques. En tener una base importante cuando asciendes. La liga es muy larga y también puede pasar que a uno de esos jugadores venga un grande y se lo lleve. Lo que hemos intentado es dar continuidad a un proyecto, y que no sea solo de un año. Los sueldos en LEB Oro están por las nubes, entonces nosotros hemos velado por la situación económica del club y ofrecido a jugadores jóvenes una tranquilidad y una proyección. En ese sentido, Paco ha acertado de lleno en ese 1+1.
«Paco González ha acertado de lleno con la fórmula del 1+1 ofrecida a los jugadores»
–Me voy al otro extremo, ¿el club podría sobrevivir si no se asciende este año?
–Yo creo que sí. Lo que desea ahora la ciudad es tener un equipo que luche, y eso lo van a ver. Lógicamente esto es deporte. Yo soy competitivo y quiero subir, pero tampoco quiero que se vea que es esto o nada. Si se hacen bien las cosas, el equipo subirá tarde o temprano.
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–No hay ninguna urgencia, vamos. ¿No sería ningún drama no ascender?
–Lo que no quiero es que si no se sube este año, la gente piense que esto es un desastre. Yo creo en un proyecto. Es un equipo con capacidad para hacerlo, pero muy joven. Por eso creo que muchos de estos jugadores van a ser otro tipo de jugador dentro de cinco meses.
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–¿Qué se le puede decir al aficionado que vaya el sábado a Pisuerga y le choque el baloncesto que va a ver?
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–Muchos aficionados se fueron contentos el día de Ponferrada tras ganar sobre la bocina. También les diría que van a ver partidos donde puedes estar ganando de 25 y perder, porque esta liga es así. Es un baloncesto más agresivo, con más posesiones, y con mucha entrega. Se van a ver jugadores más jóvenes, con menos experiencia, pívots con menos calidad que en Oro,... por eso hemos querido tener una pareja de bases contrastados que nos van a dar un ritmo alto.
–Llama la atención que sigue llevándolo todo al terreno deportivo cuando también toma parte en la gestión interna. ¿Le cuesta más esta segunda parte?
–Por mi forma de ser, me gusta apaciguar. Es difícil transmitir calma cuando hay varias partes, pero soy presidente de honor y lo llevo con mucho orgullo y responsabilidad. Cuando al principio descendemos y llegaron las críticas, yo para proteger al club dije que era culpa mía. Ahora lo hizo Lorenzo, y no es algo normal en baloncesto. Lo agradecí mucho. No soy directivo, soy socio propietario y mi responsabilidad es que este club no desaparezca.
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–¿Donde debe ubicar, entonces, el aficionado a Mike Hansen?
–Me considero vallisoletano porque llevo toda la vida, mi mujer y mis hijos son de aquí, pero al no haber nacido aquí no tengo enemigos. No tengo bandos, ni soy de Lourdes ni de otro, me llevo bien con todo el mundo. Entonces mi figura es buena en ese aspecto, quitándole ese protagonismo a Lorenzo, que no es bueno. No es fácil porque la gente puede decir, ¿quién es presidente, Mike o Lorenzo? Yo soy presidente honorífico, y tengo que apoyar a la directiva, a los trabajadores, que son desde Paco hasta Lourdes, Gildo, Víctor, a la cantera, a David Enciso, a Ángel Sierra del filial,... ¡A todos! Tampoco me quiero olvidar de Javier Casado, que fue fundamental en esto. No me quiero olvidar porque cuando descendimos, mucha gente que desapareció, y Javier Casado, Feñe y yo tuvimos que avalar personalmente nuestras casas para poder salir otra vez y que no desapareciera el baloncesto.
–En ese papel de pacificador también el ha tocado ahora dar la cara por el nuevo director general, Paco González, ante la directiva. Porque es un hombre de confianza de Mike Hansen.
–Pienso que el club necesitaba un cambio, y no es hablar mal de los que se han ido. Paco es una persona que me transmite mucha confianza, no solo por el amor que tiene a la ciudad, sino por su capacidad en el día a día para atraer nueva gente al proyecto. Aquí se necesita a alguien en el día a día porque ni yo ni ningún directivo puede estar aquí 24 horas. ¿Qué pasa? Pues que en nuestro baloncesto siempre ha habido desconfianza. Hay que dejarle trabajar porque sé de la ilusión que tiene este proyecto y el amor que tiene por la ciudad.
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