Vinos que son fruto de la curiosidad

Su primera obra ha sido Fisgona 2019, un blanco elaborado con las uvas de la variedad verdejo de un viñedo de más de 120 años de la zona de Toro. Una de esas joyas vitícolas que quedan en Toro debido a que la filoxera, que terminó con los viñedos viejos de España y toda Europa, no atacó las raíces de sus cepas a causa de los suelos arenosos por los que no se movía bien el insecto. El blanco fermenta en barricas de madera usada de 500 litros y después se cría sobre sus propias lías. Esta primera añada se embotelló en marzo.

La idea partió de cinco personas: la periodista Silvia Fernández, los enólogos César Arranz (Bodega 3Ases) y Daniel del Río (de Palacio de Villachica, que se encarga de localizar los viñedos), Jesús Molpeceres (marketing y publicidad) y la ilustradora María Orihuela, pero ya superan la veintena de asociados, entre ellos Chelo Miñana, directora de enoturismo de Bodegas Masaveu, y los restauradores Víctor Martín y Noemí Martínez, de Trigo.

Según sus fundamentos, es «un punto de encuentro» para saber más de vinos y de viticultura, y para viajar para conocer todo aquello que mueve a este mundo». A pesar de que no pretenden competir con el sector, lo cierto es el éxito a la hora de su comercialización les ha dejado sin botellas. Solo a través de conocidos y familiares de los socios las botellas se han vendido por toda España y han volado a Bélgica y Reino Unido. La original etiqueta que viste las botellas de Fisgona lleva la firma de la ilustradora mencionada.

Silvia Fernández, socia de la empresa de comunicación De Rotos y Descosidos, lleva su filosofía colaborativa a todo lo que toca. Es como una especie de cooperativa en la que los socios de benefician de todo eso. De entrada tienen derecho a un cupo anual de botellas de los vinos. La periodista defiende que «se pueden hacer muchas cosas sin necesidad de pedir créditos y optimizar los recursos con planes colaborativos». Silvia Fernández ha contagiado su filosofía a otra «gente que es superpráctica y que quiere disfrutar y aprender de la viña y el vino».

Los enólogos César Arranz, Daniel del Río y Rubén Salamanca (Vinos Malaparte, Cuéllar, Segovia) son los encargados de la elaboración técnica del vino. La asociación ya tiene liquidez suficiente para avanzar en otras referencias. Han comprado uva godello para producir otro blanco, mientras la segunda añada de Fisgona también envejece en barricas. Tienen previsto producir otro blanco con uvas rufete serrano blanco, una variedad recién incluida entre las castas admitidas en la DOP Sierra de Salamanca; incluso, pretenden elaborar un vermú.

La asociación Cowine ha lanzado una web (cowine.es) através de la que se distribuirán sus vinos y referencias de otras bodegas, junto algunos alimentos de calidad. Además, organizará catas para fomentar la cultura del vino.

Si tiene la suerte de probar alguna de esas 1.300 botellas, comprobará que es un blanco «refrescante y sedoso en boca, equilibrado y fácil de beber, un vino hecho para disfrutar».