El vallisoletano David Felipe Arranz recoge la Antena de Oro 2025 por 'El Marcapáginas'
«Tener 25 años en antena un programa es todo un mérito, y nuestro siguiente premiado es alguien que ha logrado mantenerlo y consolidarlo como referente del periodismo cultural», dijo la presentadora, Ana Belén Roy, al entregar el premio
El filólogo y periodista vallisoletano David Felipe Arranz recogió el pasado sábado en el Casino de Aranjuez la Antena de Oro 2025 que la Federación de Asociaciones de Radio y Televisión de España le ha concedido por el magacín cultural 'El Marcapáginas', que actualmente emite Radio Intereconomía todos los sábados a las 13:00.
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La presentadora de la LII Edición de las Antenas de Oro, la periodista de TVE Ana Belén Roy, anunció el premio con estas palabras: «quienes estamos aquí sabemos lo difícil que es mantenerse: es una profesión complicada y con el tiempo se está poniendo cada vez más complicada, con lo cual, tener 25 años en antena un programa es todo un mérito, y nuestro siguiente premiado es alguien que ha logrado mantenerlo», dijo antes de comentar que «se emite actualmente por Radio Intereconomía y se ha consolidado como un referente del periodismo cultural».
David Felipe Arranz, además profesor de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, quiso empezar felicitando en primer lugar a todos sus compañeros «por este momento tan crudo del periodismo y tan terrorífico, en el que las libertades están bajo sospecha», a lo que añadió que «evidentemente, el pulso democrático de un país se mide por su prensa libre y los periodistas siempre estamos en el ojo del huracán porque nosotros contamos la verdad».
Ya en referencia a 'El Marcapáginas', Arranz explicó que el programa ha sido su primer empleo, allá por septiembre de 2000 en Radio Círculo, del Círculo de Bellas Artes, «y desde entonces lo mantengo al estilo romántico». Tratándose de un programa de literatura, su director y presentador no podía imaginar que terminaría siendo un espacio tan reconocido. «Por entonces pensé: seguramente esto tenga algún sentido, me llevará a alguna parte… Jamás me imaginé que iba a ser tan pesado de estar veinticinco años llevando el programa de una radio a otra». Arranz hizo alusión, por último, al «ejercicio romántico y quijotesco y también una labor social, porque viendo las encuestas, el 35% de personas en España no ha leído un libro nunca o casi nunca», razón por la cual el vallisoletano se toma el programa como una cruzada personal.
También acudieron a recoger sus respectivas Antenas de Oro los galardonados en esta edición: Fernando Martín (RNE), Fernando de Haro (COPE), Rosana Laviada (esRadio), Rafa Latorre (Onda Cero), Julián Garvín (Kiss FM), Javier López (Click Radio TV), Nieves Álvarez (TVE), Susana Griso (Antena 3), Diego Losada (Cuatro), Sandra Barneda (Telecinco), Josep Pedrerol (La Sexta) y Antonio Jiménez (Trece); Nacho Ares (Cadena Ser) agradeció a la Federación su premio en directo desde Nueva York. Además, Matías Prats (Antena 3) y el presidente de Castilla La-Mancha, Emiliano García Page fueron reconocidos con la Antena Extraordinaria.
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La impronta vallisoletana
En la alfombra roja, Arranz destacó a la prensa asistente la importancia que ha tenido Valladolid, su ciudad natal, en su pasión por la cultura, especialmente gracias a hechos muy concretos, como las librerías del centro de la ciudad, muchas de ellas desaparecidas y en las que «me gasté todas las propinas de niño y adolescente», y las dos carreras que cursó en la Universidad de Valladolid: Filología hispánica y Teoría de la literatura y literatura comparada, en las que leyó un más centenar de libros que «compraba en la Feria del libro antiguo o en las librerías de viejo como la de Pepe Relieve, Máxtor o la del pasaje de Cadenas de San Gregorio, hoy en Ruiz Hernández».
También destacó la vinculación de la literatura con el cine en su infancia, ya que sus padres lo matricularon de los 8 a los 13 años al Cinematógrafo de la Caja de Ahorros Popular, cuyas proyecciones de clásicos y modernos iban precedidas de un comentario erudito pero que los niños entendían y que se complementaba con un cuadernillo didáctico que elaboraban los pequeños cinéfilos. «Le debo a mis padres esta actividad milagrosa las matinés de los sábados a las once, en el Auditorio de Fuente Dorada, ahora Auditorio FUNDOS».
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«La cultura literaria y cinematográfica fue mi tabla de salvación en un Valladolid áspero en muchos aspectos para un joven con inquietudes culturales y en el que era difícil congeniar con amigos que compartiesen estos gustos siendo tan niño, porque todos estaban obsesionados por el fútbol en aquellos ochenta que sabían a plomo y olían a tubo de escape», explicó.
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