Una Cierta Historia del Cine de Autor
Los vetustos muros del manicomioSEMINCI ·
'Alguien voló sobre el nido del cuco', que este jueves se proyecta en los Broadway, aborda un conflicto en un hospital psiquiátrico que se abre a lecturas políticas y antropológicasEl director y su época. Después de una intensa etapa de esperanza política encabezada por Alexander Dubcek, la llamada Primavera de Praga fue borrada ... por el ejército soviético, apoyado por otros países del pacto de Varsovia, cuando invadió por sorpresa Checoslovaquia el 21 de agosto de 1968. La invasión se llevó por delante, entre otras muchísimas cosas, el brillante nuevo cine del país, la 'nova vlna', que a pesar de los problemas de censura se había hecho con premios y prestigio en toda Europa. Esa fecha cambió la carrera de todos los creadores cinematográficos del país: Milos Forman, Věra Chytilová, Ivan Passer, Jiří Menzel, Jan Němec, Jaromil Jireš… La mayoría permanecieron en Checoslovaquia y tardaron mucho en reanudar su carrera. Otros, los menos, se exiliaron.
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'Alguien voló sobre el nido del cuco' Director: Milos Forman.
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Intérpretes: Jack Nicholson, Louise Fletcher, Danny DeVito.
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Cines Broadway. Jueves, 9 de julio. 20:00 horas. 6 euros.
Milos Forman se encontraba ese 21 de agosto en París, negociando lo que podría ser su primera coproducción con Estados Unidos. Películas anteriores suyas, como 'El baile de los bomberos' y 'Los amores de una rubia', habían recibido premios en festivales y se distribuían en bastantes países. Pronto le llegó a Forman el despido de su estudio checo, por lo que se vio obligado a buscarse la vida en el exilio. Recaló en Estados Unidos, donde logró rodar el proyecto que le había llevado a París, 'Taking-Off', premiada en Cannes en 1971. En 1975 Michael Douglas le llamó para dirigir un guion sobre una novela de Ken Kesey. 'Alguien voló sobre el nido del cuco' se llevó varios Oscar y una enorme taquilla. La carrera de Milos Forman se consolidó en Estados Unidos con películas sin personalidad definida pero de gran impacto, como 'Ragtime', 'Amadeus' o 'Valmont'.
La película. 'Alguien voló sobre el nido de cuco' había pasado a principios de los sesenta de las páginas de la novela de Ken Kesey a la representación teatral promovida por Kirk Douglas, que había comprado los derechos. Su hijo Michael, sin apenas experiencia, se encargó de la producción de la película. El primer guionista, Lawrence Hauben, conocía la obra de Milos Forman en Checoslovaquia, con sus ambientes cerrados y opresivos, y sugirió a Michael Douglas contratarle. Escogieron como escenario el edificio de un auténtico hospital psiquiátrico en Oregón, e incluso dieron un papel a su director y emplearon a algún paciente. Más difícil fue conseguir al protagonista. Gene Hackman, James Caan o Marlon Brando rechazaron la oferta. Finalmente Jack Nicholson fue el elegido.
Jack Nicholson pone en juego su capacidad gestual, siempre a un paso del exceso
La película, en su crítica de una psiquiatría que no distingue a cuerdos de locos, recuerda éxitos como 'Corredor sin retorno' (1963), de Sam Fuller. La obra de Kesey rodada por Forman construye un ambiente clínico mucho más opresivo que el de Fuller, con el campo hospitalario escindido en dos bandos: el del orden y la ley a toda costa impuesto por los profesionales, y el de los pacientes, a los que revoluciona la llegada de uno nuevo, un intruso que se hace pasar por loco. Los personajes están diseñados con pinceladas precisas, en una escenografía en la que los abundantes primeros planos rematan cada construcción psicológica. Jack Nicholson pone en juego su capacidad gestual, siempre a un paso del exceso.
La marca de autor. La película podría recibirse como una crítica al sistema psiquiátrico de los años sesenta, con el encierro y control de los pacientes para medicarlos y someterlos a terapias que únicamente consiguen aislarlos de una sociedad que prefiere olvidarlos. Pero Milos Forman buscaba construir una metáfora de los sistemas dictatoriales que él sufrió en su país natal. Declaraba a The New York Times: «Para mí, [la historia] no era solo literatura, sino la vida real, la vida que viví en Checoslovaquia desde mi nacimiento en 1932 hasta 1968. El Partido Comunista era mi enfermera Ratched, diciéndome lo que podía y no podía hacer; lo que se me permitió o no se me permitió decir; dónde estaba y no se me permitió ir; incluso quién era y no era». El sueño de una vida más allá de los muros de una clínica, alentado por el disidente McMurphy y ferozmente reprimido, adquiere así dimensión política e ideológica.
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