Tarik Saleh: «Amo Eigpto, pero ellos no me quieren a mí»

«Soy un hijo de migrante nacido en Estocolmo, y siempre que me preguntaban yo me presentaba como sueco, pero nadie me hacía caso, así que empecé a decir que era egipcio», bromeó ayer Saleh, quien, sin embargo, no pudo rodar su película en el país en el que transcurre porque allí está considerado 'persona non grata'. «Amo Egipto, pero ellos no me quieren a mí», se lamentó.

Respecto a la situación de los inmigrantes, tiró nuevamente de humor para animarlos a «ganar premios», porque, si lo hacen, su país de acogida les reconocerá como propios. «En mi caso empecé a ser sueco, y también egipcio. Cuando ganas, te salen muchos padres».

'Boy from heaven' trata de la conflictiva relación entre la religión y la política y está lejanamente inspirada por 'El nombre de la rosa', de Umberto Eco. «Era muy fan de esa novela, que era como mi Harry Potter personal, en una época en la que éste todavía no existía. Más tarde descubrí que reflexionaba sobre la relación entre arte y religión y me planteé trasladarlo al Islam».

Saleh explicó que la ambientación es muy importante en el tipo de cine que realiza, porque «el lugar es un personaje más en mis películas». Grabó su obra en una mezquita de Estambul.

También se presentó 'El caftán azul', la segunda película de Maryam Touzani, que trata sobre el drama humano de las personas que se ven abocadas a vivir vidas inauténticas.

«La película está inspirada en mi encuentro personal con una persona que vi que no era fiel a sí misma», explica la directora marroquí, quien precisó que sus películas tratan sobre «caracteres que me conmueven, que me tocan personalmente». Y añadió: «Yo no pienso en temáticas, pienso en personajes», aunque más tarde añadió que le gustaría que 'El caftán azul' sirva para abrir un debate.

Touzani se manifestó especialmente satisfecha de que su película haya sido escogida para representar a Marruecos en la carrera de los Óscar. «Es una elección que dice mucho, porque mi obra trata un tema sensible como es el de la homosexualidad».

La realizadora, que en 2019 presentó en Seminci su ópera prima 'Adam', aseguró ayer que su cine mantiene una relación muy estrecha con la pintura. «La elección de los colores, la materia y la luz es como pintar. Para mí, hacer cine es algo muy pictórico».