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Una escena de 'Rebuilding', de Max Walker-Silverman.
PUNTO DE ENCUENTRO

Fuego y perplejidad

Dos historias sobre la reconstrucción de la vida tras una herida inesperada

Jorge Praga

Valladolid

Martes, 28 de octubre 2025, 21:09

Para 'Rebuilding' su director, Max Walker-Silverman, echó mano de la memoria familiar: un incendio que destruyó la casa de su abuela en Colorado y ... que requirió un esfuerzo colectivo de reconstrucción. «Pero esta no es una película de desastres, sino de lo que sucede después», matiza.

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  • 'Rebuilding' Director: Max Walker-Silverman.

  • Intérpretes: Intérpretes: Josh O'Connor, Lily LaTorre, Meghann Fahy, Kali Reis, Amy Madigan. Estados Unidos. 95'.

  • Cines Broadway: Miércoles, 29, a las 19.15 h.

Colorado queda muy lejos de Castilla y León, pero ambas regiones han sido desvastadas por incendios poderosos y recientes. Por eso puede tener un interés añadido esa reflexión hecha sobre un territorio de árboles quemados y esperanzas rotas. El cine español no se atreve por ahora con guiones de esa especie. En cualquier caso poco tendrían que ver con el de Walker-Silverman. La vida americana es una delgada capa sobre la piel de la tierra, abrasada o fértil. Están acostumbrados a vivir en casas con ruedas, a cambiar de Estado con facilidad. Los protagonistas piensan en emigrar a Montana, a Arizona. Poco dejan atrás, aunque alguno arrastre varias generaciones de herencia en el mismo lugar. Pero sus posesiones son poco más que un puñado de fotografías y algún objeto personal. Frente a esa emigración que parece estar en los genes del país, la película se empeña en un canto de signo contrario. El protagonista, un vaquero sin apenas voz y de mirada indecisa, emprende una lucha silenciosa por encontrarse a sí mismo dentro de su entorno y de su memoria. Cuenta como aliado la belleza de un paisaje con pocos signos de habitabilidad, borrados además por el fuego. Pero, con la ayuda de una música de guitarra que no deja de endulzar el horizonte, decide reasentarse en el único lugar que fue suyo. En fin, un antiwestern sentimental fácil de digerir.

  • 'Nino' Directora: Pauline Loquès.

  • Intérpretes: Intérpretes: Théodore Pellerin, William Lebghil, Salomé Dewaels, Victoire Du Bois, Balthazar Billaud. Francia. 97'.

La vida es todo lo que nos sucede entre dos visitas al hospital, entre dos secuencias de luz fría y silencio sanitario. O eso es lo que nos transmite 'Nino', la delicada película de Pauline Loquès. Si un espectador llegase tarde a la proyección y se perdiera la primera secuencia hospitalaria, encontraría poco sentido a la sucesión de azares que van llevando a Nino de un lugar a otro de París. Anécdotas sin importancia, más o menos graciosas. Pero el poder de esa primera secuencia, la que desvela la enfermedad del protagonista, se agazapa en el interior de la narración como un animal oscuro que tiñe todo. Es un diálogo muy sutil entre lo que se ve y lo que está oculto y amenazante en el cuerpo de Nino. Un contracampo orgánico que pesa y pesa, que condiciona cualquier gesto, que perdona las mentiras y entiende los titubeos y los despistes. Nino tiene por delante tres días antes de volver al hospital, una prórroga vital con la que no contaba y que llena como puede, en la calle, entre amigos, con desconocidos, rozando el vagabundeo del clochard. La cámara no se despega en todo el metraje del protagonista. La película es lo que proclama el título, Nino y nada más, comprometido a congelar esperma para una reproducción futura y empeñado en avisar a amigos y amigas de lo que no se atreve a verbalizar. Un Nino perplejo al que Theodore Pellin da cuerpo y empuje, ternura y desconcierto. Qué guapa película.

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