Cierre espectacular

Un joven Beethoven, aún alumno de Haydn y Salieri en Viena, hizo de este Trío su 1ª publicación pública, respetando a sus maestros pero apuntando ya su enorme personalidad. Cuatro movimientos, pasión y conflicto en el Allegro, relajante Andante con 5 variaciones, Minuetto elegante e ingenioso y un veloz Final que opone fuerza y lirismo, tristeza y optimismo, típicos en él. El trío de músicos sustentado en la calidad de toque y musicalidad del pianista que, además, conoce a la perfección al autor, tocando el Andante con alto nivel. A él pegado, el cellista estuvo sobrio, afinado y exacto, destacando sus momentos en los 4 movimientos. La violinista tuvo algún problema, pero los salvó dentro del grupo.

Estas virtudes continuaron en el «Trío» que Shostakovich dedicó a su amigo judío Sollertinsky, afectado por su muerte. Por ello exige intensidad, lirismo trágico, tristeza e ironía ante la muerte. Así arrancó el canon inicial y los dos temas que de él surgen. Disonante y frenético Scherzo cerrado con raudo vals. La pasacalle, con Iván majestuoso, unida a la Danza de la muerte de aire judío, rematada con temas anteriores y tétrico acorde pianísimo final. La versión fue electrizante y la Sala casi al completo, renovó, ampliadas, las ovaciones de la 1ª parte. Lo agradecieron con el Andante del «Trío nº 1 en Re m.», op. 49 de Mendelssohn, pasional y relajante, con Iván de nuevo brillante conductor.