Milan Perisic (Novi Sad, Serbia, 1993) es un barítono que, si perfecciona su técnica vocal con un buen especialista, tiene excelente futuro pues su material ... es estupendo y la base ya está puesta. Voz timbrada, con volumen y amplia tesitura, bello color, colocación mejorable en algunas vocales de cierre, buena afinación, orientada a lo operístico. De ahí que su Verdi resultase óptimo.
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Lo probó como Conde Luna en el Recitativo y aria 'El brillo de tu sonrisa' del acto segundo de 'El trovador'. Como Señor de Grenvil en 'De Provenza, mar y tierra', del acto segundo de 'La traviata', donde debe aumentar la expresividad. Y soberbio como Rodrigo en 'Para mí llegó el último día' del acto cuarto del 'Don Carlos', donde exhibió todas sus muchas virtudes.
Ciclo Juventudes Musicales
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Milan Peresic, barítono, y Quimey Quiroga, piano. Obras de Fauré y Verdi. Tetro Calderón
Por delante, Fauré en su centenario. Difícil como todo lo vocal francés, por su particular musicalidad y pronunciación en Canto. Inició con 'Melodías de Venecia' (1891) sobre poemas de Verlaine, las dos primeras escritas allí y las otras tres en París; nos gustó la alegre veneciana 'Mandolina' y la parisina 'Esto es el éxtasis'. De 1894 eran 'Dos melodías', sobre Verlaine y Samain, ésta, melancólica 'Tarde', mejor dicha. Terminó con las cuatro canciones de 'El horizonte quimérico', poemas de De la Ville de Mirmont; buen fraseo en la primera y acertado contraste en la tercera, 'Diana, Selena', de delicado final; y todas más exigentes por la ya alcanzada madurez del autor. Perisic fue muy aplaudido aquí y, naturalmente, más aún en lo verdiano. Acompañó la pianista argentina Urquiaga (1989), más expresiva a solo en 'Nocturno', de Fauré, lento íntimo y bello; de él.
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