
Chaikovski sin censura
CRÍTICA DE MÚSICA ·
Pierre Bleuse dirigió a la OSCyL en un programa dedicado al compositor ruso, con el oboísta Ramón Ortega para interpretar el concierto de MartinuSecciones
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CRÍTICA DE MÚSICA ·
Pierre Bleuse dirigió a la OSCyL en un programa dedicado al compositor ruso, con el oboísta Ramón Ortega para interpretar el concierto de MartinuVolver a escuchar a Chaikovski es reencontrarse con uno de los grandes compositores de la historia. El director francés Pierre Bleuse demostró conocer muy bien ... su obra. También incluyó en el programa al granadino Ramón Ortega Quero, que viene de una carrera importante, y así lo demostró en el 'Concierto para oboe' del checo Martinu. Ortega Quero demostró que el oboe en sus manos puede tener un lugar en la música actual. Martinu (1890-1959), con un catálogo de más de cuatrocientas obras, escribió el concierto por encargo. Su versión fue impecable en el recorrido variado que contiene momentos de dificultades técnicas bien combinadas con otros en los que pudo lucir su sonido precioso. Con un timbre rico y equilibrado en toda la tesitura, completó una versión de altísima calidad, en la que no faltaron detalles en referencia al piano. El director fue un buen aliado que permitió siempre el lucimiento del solista. Fue muy aplaudido.
OSCyL Director invitado: Pierre Bleuse
Chaikovski se hizo grande con la propuesta de Bleuse, que dirigió las dos obras de memoria. La 'Obertura de Romeo y Julieta', de Shakespeare, es una síntesis de apenas veinte minutos en los cuales el autor se centra en aquello que más le impactó de la conocida tragedia. Solo se necesita escuchar para recibir esa sensación profunda que debió causarle al ruso, la sucesión de acontecimientos de la obra. Bleuse fue generoso, expresivo y expansivo. Preparó con esmero el comienzo para explotar con el tema principal. Hubo protagonismo para el corno inglés y el timbal que tendría gran presencia después.
Bleuse no se dejó nada en la versión de la 'Sexta sinfonía. Patética', de Chaikovski. Es verdad que los fortes a veces no fueron controlados y algunas entradas no fueron exactas, pero Bleuse dio una lección de cómo entiende a este compositor y dejó que los músicos pusieran algo suyo también en esta obra que, después del tercer tiempo triunfal, supo pasar al increíble final, en el que la música llora y el 'tempo' pesante se te viene encima. Fue una versión abierta que hurga en la herida de Chaikovski. El silencio final, largo y emotivo completó este 'réquiem', no anunciado.
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