Boina Fest: clamor musical contra la despoblación desde Arenillas
El festival del pueblo soriano celebra el 9 de agosto su XI edición con una decena de grupos y artistas en el cartel
Arenillas (42 habitantes) vive un episodio de repoblación efímera al año gracias a su festival de música. Desde hace once ediciones, el Boina Fest llena ... la plaza y las calles de vecinos y forasteros en esta localidad soriana incrustada en la comarca de Berlanga. Su festival se ha convertido en un aldabonazo frente a la despoblación, contra el abandono, que se vale de la música para alertar de la agonía del mundo rural. Con esa perspectiva nació el Boina Fest, recuerda Rodrigo Gismera, uno de sus organizadores. Confía en que el 9 de agosto se supere la afluencia de público de ediciones anteriores y sobrepasar los 1.300 asistentes.
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«Somos mucha gente en el ajo», se enorgullece en nombre de quienes ponen en pie este certamen alimentado de pequeñas aportaciones de patrocinadores privados, de la asociación sociocultural del pueblo, de la venta de camisetas y chapas y de la recaudación por comida y bebida en la barra servida al público por voluntarios durante el día y la noche como complemento a las actuaciones musicales. «El festival es gratuito pero eso no significa que sea gratis», aclara Rodrigo. «Todos los artistas cobran por su trabajo, reciben lo mismo, y como viene cada vez más gente nos podemos permitir pagarles un poco más a los músicos, que también colaboran con nosotros ajustando sus cachés» .
A la covocatoria para actuar en Arenillas concurrieron en febrero 249 bandas y artistas
En febrero comenzó la búsqueda de grupos y artistas para subir al escenario de la plaza de Arenillas, una convocatoria a la concurrieron hasta 249 interesados de los que se han seleccionado una decena. El cartel reunirá a la artista circense Estrellita Fliping, el ska combativo de Alademosca, S (herederos de la banda Sugarless), el d'j soriano Noy's, el punk rock de los burgaleses Memocracia, el punk pop soriano de Vosotras Veréis, y los conquenses de La Jaula. Actuaciones que se complementarán con el proyecto musical infantil Yo Soy Ratón y las propuestas de ocio para los más pequeños de Casa Libélula. Porque el ambiente heterogéneo de público familiar, parejas, grupos de amigos y mayores es una de las notas distintivas de esta cita estival, presume Rodrigo Gismera. «Tenemos una zona de acampada donde se asientan más de 300 personas, y a lo largo de la jornada pasan más de un millar de asistentes por los diferentes conciertos; nunca en la historia de Arenillas se había congregado tanta gente; son cifras muy humildes pero que significan mucho para el pueblo, sucede una vez al año, es excepcional y sirve para llamar la atención como grito de resistencia», apunta Gismera, con tres de sus cuatro abuelos nacidos en el pueblo aunque él vive en Madrid. «Gracias a esta lucha contra la despoblación ahora en Arenillas existen siete viviendas de alquiler social y un albergue con 24 plazas».
Empuje social
Agradecen «de corazón» cualquier apoyo que sirva para apuntalar el festival, como la ayuda de la empresa vallisoletana Helios, que aportará tomate frito para una gran macarronada popular el domingo. «El Boina Fest ya tiene un nombre; a la primera edición vinieron unas trescientas personas y una docena de acampados y ahora hemos multiplicado por cuatro la asistencia global; hay gente que repite desde hace años, llegan con su familia, pareja o amigos desde Castilla La Mancha, Murcia, Madrid, Andalucía... y mucha de Soria».
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Nacido en plena efervescencia de reivindicación de la España Vaciada coincidiendo con el auge de formaciones como Teruel Existe o Soria Ya, el festival conserva el empuje social en el que la política parece haber flaqueado.
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