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Lectores del Ateneo de Valladolid y las coordinadoras del certamen, junto a las obras presentadas al premio, en la Casa Zorrilla. CARLOS ESPESO
Premio Ateneo-Ciudad de Valladolid

Cómo leer 259 novelas en un mes

Comienza el proceso para designar al ganador del certamen literario, que ha incrementado su participación el 55%, hasta los 259 aspirantes, tras el cambio de las bases

Víctor Vela

Valladolid

Domingo, 6 de febrero 2022, 10:03

Está este pequeño despacho, en el sótano de la Casa Zorrilla, repleto de mundos por descubrir. En las estanterías se apilan historias de amor encuadernadas con canutillo, libros de aventuras que –de momento– son tan solo un puñado de folios anillados, propuestas literarias con interlineado 12 llegadas de Valladolid (apenas una docena),Madrid (la mayoría), pero también desde Suecia (dos), Italia, Argentina...

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Aquí, en esta sala, se encuentra el futuro ganador del premio de novela Ateneo-Ciudad de Valladolid, que este año se revitaliza cuando cumple su edición número 69.

Nuevas bases, renovado proceso de valoración, un jurado de campanillas para la fase final (Manuel Vilas, Care Santos, Gustavo Martín Garzo, presidido por Angélica Tanarro) y una participación disparada. El 55% más que el año pasado. Aquí, en este cuartito de la Casa Revilla, se custodian los 259 manuscritos –puede competir aún alguno más si se envió antes del 30 de enero– que serán a partir de ahora leídos, subrayados, analizados y valorados por un comité de lectura compuesto por sesenta personas. Ellos se encargarán, durante todo este mes de febrero, de la primera criba, de seleccionar una veintena de títulos de entre esta pila enorme de aspirantes.

Azucena García es, junto con Ana Velasco Molpeceres, coordinadora de todo el proceso de valoración. Ella se encarga de recibir los originales, de comprobar que cumplen las bases (alguno se ha excluido ya por no enviarse en formato DIN-A4), consignar el número de páginas, el seudónimo, la procedencia. Maneja unas hojas de Excel donde están anotados estos criterios previos antes de que las novelas salgan de aquí rumbo a las casas de los lectores acreditados por el jurado.

Este año, en torno a sesenta integrantes del Ateneo de Valladolid dedicarán horas de su tiempo para leer tantos escritos inéditos. Tienen hasta el 28 de febrero. Cada lector calificará en torno a cuatro o cinco novelas, con un estricto criterio examinador (hay una ficha común que todos deben cumplimentar).

Los de Dulce María País, secretaria del Ateneo, serán uno de estos ojos críticos. Es profesora en los colegios Isabel La Católica y San Fernando. «Estricta» lectora del Premio Ateneo desde hace 14 años. Una entusiasta de la labor que tiene por delante en el próximo mes. «Cuando lees por tu cuenta, lo que te apetece, estás menos expuesta a la sorpresa. Si estás con el libro de un autor consagrado, más o menos sabes lo que te puedes encontrar. Pero aquí empiezas de cero, sin ninguna referencia». Eso puede dar lugar a descubrimientos gozosos, pero también a pequeñas torturas.

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Este año, los criterios de valoración les eximen de leer el libro completo si este no cumple unos mínimos criterios de calidad. Es lo que llaman «lectura de aproximación». Si una vez superadas las primeras veinte páginas no hay solidez en la redacción y se detectan continuas faltas ortográficas, sintácticas, erratas, errores de puntuación... la novela puede ser desechada. Estos criterios iniciales se puntúan hasta con veinte puntos.Si la novela no alcanza los doce, puede ser descartada. Si no, el lector continúa. «Yo intento leer toda la novela de seguido, del tirón, porque ayuda a ver el conjunto», cuenta Dulce María. Y a partir de ahí toma notas, destaca los detalles que le han llamado la atención, apunta claves de algún personaje que puedan ser luego importantes en el desarrollo de la historia. «A través de mis ojos tienen que ver el resto de integrantes del jurado, con la mayor objetividad».

Así, ha de valorar la obra (el subgénero narrativo, el espacio y tiempo argumental), tiene que ofrecer un resumen de la trama, debe hacer un esbozo de los principales personajes, puntuar (de cero a cinco) la solidez estructural, la riqueza léxica, la desenvoltura narrativa, los recursos literarios, si hay inconsistencias argumentales, exceso de tópicos y retórica, y ofrecer un comentario final.

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«Esto es como una oposición. No se trata de aprobar, sino de ser el mejor de tu promoción», dice Concha Porras Gil, vicepresidenta del Ateneo. Pedro Pablo Ortúñez, profesor de Historia en la Facultad de Económicas, también se enfrascará en la lectura durante este mes de febrero. Este será su tercer año en el comité de valoración.

«Es una experiencia que aconsejo a todo el mundo. Cuando abres una nueva novela, te enfrentas a algo totalmente desconocido. Y aprecias el esfuerzo que hay detrás, el trabajo de cada escritor». Pero eso no quita para ser riguroso en el dictamen. «Este es un premio de prestigio, uno de los más antiguos de España, no vale cualquier cosa». Dice que le gusta llegar hasta el final del libro, «porque la sorpresa te puede estar esperando en algún momento», pero anota al detalle cada flaqueza: si hay fallos en la redacción, si hay un exceso de narrador (lo que perjudica al desarrollo de los personajes...), si se abusa de recursos y trucos manidos.

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Hay cosas que se notan. Y que son básicas. Por ejemplo, si quien se esconde detrás del seudónimo es un lector habitual. O si escribe a menudo. Los hay que han encontrado en la lectura un bálsamo terapéutico, que escriben casi para ellos mismos, y que ofrecen textos que podrían ser de autoayuda. También se aprecian, dicen, las artimañas de los cursos de creación literaria. «La trama importa, pero no tanto o no solo. Hay que tener en cuenta el estilo, si la voz literaria tiene algo que aportar, si ofrece algún nuevo punto de vista», añaden.

De esta primera fase saldrán las 20-22 novelas mejor valoradas, que se someterán a un nuevo comité de lectura formado por integrantes del Ateneo y del equipo editorial de Menoscuarto, que publicará después la obra ganadora. De esa segunda ronda saldrán las cuatro obras que se someterán al juicio del jurado final, que elegirá a la novela ganadora (20.000 euros y su publicación). La resolución llegará en torno al 23 de abril y el libro se presentará (y se podrá comprar y leer)en la Feria del Libro de Valladolid, del 3 al 12 de junio.

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