

Un rodaje en Valladolid donde nunca sale el sol
La ciudad acoge durante cuatro noches 'Cenizas mi amor', corto vampírico de Margo García y Pedro Tamames financiado con el apoyo de Seminci Factory
Cuando en 1992 un joven Alejandro Amenábar rodó el corto de terror 'Himenóptero', pocas personas podían predecir el enorme éxito que estaba por conquistar. No ... era para menos: que el hoy director de 'Mientras dure la guerra' o 'Mar adentro' arrancase su carrera con un filme de género (temática que seguiría cultivando en 'Tesis', 'Abre los ojos' o 'Los otros') parecía inaudito en un momento en que la industria del cine español, Ley Miró mediante, no entendía el desapego de su público al séptimo arte patrio, al tiempo que desdeñaba un tipo de películas muy concreto.

Hoy el género goza de otra consideración, y junto a las conquistas de festivales internacionales que suponen los trabajos autorales e intimistas de Carla Simón, Pilar Palomero u Oliver Laxe, proliferan nombres de realizadores de prestigio que dieron sus primeros pasos con estos formatos y temáticas; desde el consolidado Nacho Vigalondo a la emergente Carlota Pereda, pasando por la reciente ganadora del Goya Arantxa Echevarría. Este fin de semana, la ciudad de Valladolid ha acogido en varios enclaves el rodaje del que, quizá, sea uno de esos proyectos que se encontrarán al volver la vista atrás en la carrera de Pedro Tamames y Margo García; 'Cenizas mi amor', un «corto vampírico», en palabras de sus directores, apoyado por financiación de la iniciativa Seminci Factory.
«Tuve la idea de su argumento hace año y medio», explica Tamames; «es una historia que con el paso del tiempo me obsesionó y me encontré dibujando y escribiendo prácticamente todos los días». Las pertinentes reescrituras y reediciones a cuatro manos junto a García han hecho posible este relato de amor sobrenatural y tenebroso: «El corto tiene la intención de ser lo más romántico posible y de establecer una conexión con Valladolid», agrega su codirectora, oriunda de: la localidad «Queremos utilizar todas las oportunidades que nos da la ciudad para contarla con otra mirada».
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Es su primera experiencia como tándem codirigiendo, y sus trayectorias son ligeramente diversas; Tamames cuenta con cerca de siete cortos a sus espaldas mientras que García ha abundado más en una carrera orientada a los montajes teatrales: «Está siendo sorprendentemente fácil y alineado, compensamos con los puntos fuertes que tenemos cada uno en su campo; y cuando algo no le funciona a uno el otro se da cuenta de lo que está fallando, y vamos muy al detalle de cada plano comunicándonos y coordinándonos con todo», desgrana el correalizador madrileño. «Hay una sensibilidad conjunta que nos ayuda a desligarnos de cierto ego», aporta su compañera.
Silencio, se rueda
«Motor. Venga chicos, por favor. Set. Y acción». En la primera noche del rodaje en el Lion d'Or de la Plaza Mayor, la toma no empieza hasta el último grito de Alberto Baldini, ayudante de dirección. A su alrededor, el mutismo es total: las campanas del Ayuntamiento enmudecen, los cuchicheos de los transeúntes se apagan y hasta el rasgar sobre el papel a cargo del bolígrafo que confecciona la crónica de quien suscribe se detiene.
El cine miente hasta cuando se cuenta a sí mismo. Ante la imagen que podemos tener de una película o una serie que nos narre un rodaje, se limitan los papeles a un cámara, un pertiguista, su director y los actores. Pero una filmación comprende mucho más. Cerca de tres decenas de jóvenes, con entusiasmo y profesionalidad, acometen todo un trabajo colectivo desde sus diferentes especialidades, para sacar adelante la ilusión del séptimo arte. O la magia del cine, si se prefiere.
«Desde Dirección de Fotografía cogemos la visión de los correalizadores y la hacemos realidad; mediante luz, encuadres, sombras referencias visuales... No se trata de hacerlo 'bonito', sino de que narre algo», describe Olivier Theurillat.
La presencia de Valladolid también es grande en el equipo. «Desde Eléctricos tratamos de que toda la iluminación recree de forma natural el espacio lumínico que arroja la noche de la ciudad», explica Karu Borge. «En Maquillaje y Peluquería cuidamos también el 'raccord' para que la continuidad de las protagonistas sea constante, y estamos a cargo de las prótesis para las escenas más sangrientas», relata Olga Rodríguez Sánchez, extremeña afincada en nuestra ciudad. «En Dirección de Arte manejamos la Teoría del Color o con las propiedades de los materiales para que, mediante el lenguaje de los objetos, incorporemos lo más apropiado al corto», analiza la artista visual y también cineasta Roco Gómez Magaña.
Sonidistas como Víctor Peña, foquistas como Lucía Lobato, responsables de datos y corrección de imágenes digitales como Miguel «Link» de la Cruz, auxiliares de producción como Verónica van Bommel, scripts como Alejandro Ruiz... «Ser pieza angular de un equipo tan grande es fenomenal», explica Héctor Varela, director de Producción y productor asociado junto a los codirectores y La Tapia, de Miguel Valdivieso. «Es un engranaje que tiene que funcionar, desde este departamento se tiene que controlar de todos los demás, donde cada uno es un mundo diferente y todos están conectados, resulta muy satisfactorio ver todo lo que el equipo es capaz de hacer para dar vida al corto».
Tempus fugit
'Cenizas mi amor' narra «la historia del reencuentro entre dos amantes que llevan cincuenta años sin verse y el tiempo solo ha pasado para una de ellas», en palabras de Tamames y García. La película está protagonizada por la veterana actriz madrileña Amparo Pamplona; «encantada de contribuir en un proyecto tan grato y rodeada de estupendos jóvenes profesionales», y la francesa Maureen Franck; «enamorada de un guion con tono propio en el que resuena cualquier tipo de amor, con independencia de la edad y la distancia».
En el ecuador del rodaje, García y Tamames acusan el cansancio pero mantienen el entusiasmo: «Hemos entendido por qué los codirectores suelen ser hermanos o personas con una relación muy estrecha, hay una necesidad de tener que dejarse, en ciertos momentos, en las manos de la otra persona», revela García. «En el momento en que empezamos a confiar empezamos a fluir», valora su compañero.
'Cenizas mi amor', que se ha estado grabando desde este pasado jueves en horario de 22.30 a 7 de la mañana, rueda su punto de conflicto esta noche de sábado en la Fuente de la Fama, y filmará su clímax en la madrugada del domingo frente a la Estatua de Neptuno. La película podrá verse en la 70ª edición de la Seminci.
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