Demasiado Godard, demasiada 'Nouvelle Vague'
CRÍTICA DE CINE ·
Cannes elige demasiadas veces películas nada valiosas, pero que aportan 'estrellas' para su alfombra roja
Llegó el tan temido y habitual primer fin de semana de Cannes, cuando la 'folie', la locura del Festival nos ataca a todos: filas inmensas ... para entrar en las repletas salas, retrasos en los horarios por lo apretado de las sesiones, calles infranqueables, imposible tomar algo en cualquier sitio… Nada extraño si se considera que, en una ciudad de pequeño tamaño, se concentran unos 40.000 acreditados de todos los sectores cinematográficos, entre ellos cerca de 5.000 de los diversos medios de comunicación. Y menos mal que, salvo pequeñas tormentas, la lluvia aún no ha hecho su aparición.
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Marco adecuado, entonces, para homenajear a las celebridades patrias y, en este terreno, nada mejor que recurrir a Jean-Luc Godard. Ya lo había hecho Michel Hazanavicius en 2017 con 'Le redoutable' y ahora repite el norteamericano Richard Linklater en 'Nouvelle Vague', centrada en el rodaje de 'A bout de souffle' pero que, además de a su autor, retrata también a otros integrantes del famoso movimiento fílmico desde el éxito de 'Los 400 golpes', de Truffaut. La curiosidad de ver qué actores desempeñarán su papel y los de Jean-Paul Belmondo, Jean Seberg o el propio Godard, da paso a la de comprobar la imagen que se da de él. Ningún temor para sus 'fans' de que se roce siquiera la gloria del cineasta, porque la película es perfectamente complaciente con su figura, con sus excentricidades y sus frases de manual. Aunque como Linklater no es un realizador vulgar, sino inteligente, sabe aderezar 'Nouvelle Vague' con una cierta ligereza y sentido del humor. Disfrutarán de ella los acólitos convencidos, pero escasamente quienes no sean proclives de siempre hacia Godard y la Nueva Ola.
Lynne Ramsay, desde aquel 'Tenemos que hablar de Kevin', en 2011, no ha parado de hacer películas casi siempre tan gratuitas como desagradables
Y ya puestos a celebrar las glorias francesas, debe citarse asimismo 'Marcel et Monsieur Pagnol', film de animación del prestigioso Sylvain Chomet, dedicado a la hoy un tanto olvidada figura de Marcel Pagnol en su doble faceta de comediógrafo y cineasta, sobre todo por la llamada «trilogía marsellesa», formada por 'Marius', 'Fanny' y 'Topaze' en la década de los 30. Buen trabajo el de Chomet, mostrado en una sesión similar a la que hace dos años lanzó internacionalmente al 'Robot Dreams' de Pablo Berger.
Finalicemos con la constatación de que Cannes elige demasiadas veces películas nada valiosas, pero que aportan 'estrellas' para su alfombra roja. Solo así se explica la selección de 'Die My Love', protagonizada por Jennifer Lawrence y Robert Pattinson (también productores ejecutivos), de la escocesa Lynne Ramsay, quien desde aquel 'Tenemos que hablar de Kevin', en 2011, no ha parado de hacer películas casi siempre tan gratuitas como desagradables. Esta última lo es en ambos sentidos.
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