La mirada de Wes Anderson es tan original y rica como difícil. En su visión de los proyectos megalómanos de Zsa-Zsa Korda y de ... sus dificultades, la cámara es un personaje que comprende el mundo. Los riesgos de Zsa-Zsa siempre amenazado y cercano a la muerte, por las acciones de unos sujetos megalómanos y asesinos es como una imagen del presente y su idéntica dificultad de comprensión, pero la película es como un carrusel mágico. Sus planos, en color y algunos en blanco y negro, muestran personajes múltiples, muchos niños, que parecen y desaparecen junto al omnipresente Korda y su seguimiento con una monja, su hija, que no lo conocía y que no está muy conforme con sus proyectos de hacer una monstruosa y rica localización en la Gran Fenicia Independiente Moderna, país inventado en Arabia.
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La trama fenicia
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Wes Anderson. Reparto; Benicio del Toro, Mia Threapleton, Michael Cera, Tom Hanks, Scarlett Johansson ***
En estos tiempos se producen aumentos y disminuciones de fortuna de enorme cuantía y esto se refleja en el filme como muchas otras cosas, algunas simbólicas (las religiosas), otras realistas, y los personajes van surgiendo con una cámara que capta todo al milímetro. Primeros planos, movimientos laterales de cámara, secuencias con niños o con figuración, ritmo que parte de pequeños episodios y que no se parece más que al propio Anderson, un realizador especial.
Interpretación ajustada desde los rostros y expresiones. Benicio del Toro encarna magistralmente a Zsa-Zsa Korda un tiburón financiero. Asume el personaje desde una humanidad un tanto vitriólica. Como contraste la monja que encarna Mia Threapleton, una revelación, es la pureza que asoma a un mundo corrupto con una gran y difícil sencillez. En el mundo del cine hace falta la personalidad de directores como Anderson, aunque sus filmes requieran un plus de atención del espectador.
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