Narciso Maisterra, en el museo de Fuentes de Valdepero.

Narciso Maisterra: «Recomiendo a los jóvenes que no intenten vivir del arte para que su pintura sea libre»

El pintor palentino ultima una exposición de 60 obras nuevas para agosto en la Fundación Díaz Caneja

Victoria M. Niño

Valladolid

Viernes, 26 de junio 2020, 07:56

Acaba de reabrir su museo en Fuentes de Valdepero, a 9 kilómetros de Palencia. Este verano iban a venir sus nietos para trabajar con él ... pero el coronavirus lo impide. Narciso Maisterra nació en la calle Mayor de Palencia en 1933. Sus años universitarios transcurrieron en Madrid, vivió en Estados Unidos dos décadas –donde permanecen sus hijas–, en los ochenta se mudó a Cóbreces (Cantabria) para volver a la rúa palentina en la que aún le sorprende que la gente «se vista para salir y pasear. Allá solo se visten para trabajar».

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En su estudio urbano ha pasado sesenta días sin hablar físicamente con nadie, solo a través del teléfono. Ha estado pintando todo el confinamiento, «se me acabaron los materiales, el papel de la medida en que trabajo y me tuve que adaptar a otros más pequeños. Eldibujo me salvó la vida». Pasteles y papel guarro han sido los testigos de su minuciosa entrega al detalle.

«Ahora estoy dibujando personas mayores, me encanta entretenerme en las venas, en los altibajos de la piel, en las arrugas. Y lo intento hacer perfecto, me obsesiono», explica Narciso que lleva exponiendo 67 años y que no tiene «ninguna familia artística. He hecho siempre lo que he querido y he ido cambiando. Al principio me dediqué mucho al paisaje en Nueva York. Luego hice esculturas vivientes, figuras que respiraban en cabinas telefónicas, relacionadas con la tecnología y los fluidos. Después desnudos, he tenido ideas distintas y las he plasmado a través de técnicas diferentes según el momento», cuenta este ingeniero paisajista que cifra su libertad estética en no haber vivido nunca de su arte.

«He trabajado en recuperación de paisajes industriales, por ejemplo en Solvay, en Cantabria, las minas de zinc en Asturias o algunas canteras.En Castilla aún no se ha llegado a eso, en Estados Unidos este trabajo es esencial, anterior incluso al del arquitecto en cualquier obra». Y vuelve al paisaje en el caballete. «Por eso recomiendo a los artistas jóvenes que no intenten vivir del arte, que se ganen la vida de otra manera y así su pintura será libre. Si no, acaban haciendo lo que las galerías y los clientes quieren, que suele ser lo mismo durante diez años. En una galería de Washington me ofrecieron un jugoso contrato por pintar paisajes y les dije que no, que ahora hacía desnudos de figuras humanas. Yo no vivo de la pintura, la pintura vive de mí».

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Cuando conoció el pequeño municipio de Fuentes de Valdepero «me encantó, solo había una ermita, un castillo, un palacio y una iglesia, y muchas casas derruidas. Compré una y luego fui comprando otras contiguas. El museo creció y tenemos un bonito jardín con el laurel más alto de toda Palencia, medirá 15 metros. Cuando vine tras el confinamiento, parecía una selva. Tuvimos que trabajar dos semanas para ponerlo a punto». Exponen dos artistas palentinos, «también me llevo bien con los de Valladolid». Lo que lamenta es lo difícil que lo tienen los pintores en España fuera del círculo madrileño y condal. «En Estados Unidos también es complicado, pero puedes exponer en una galería del extrarradio y que tu obra sea comentada en el 'Washington Post' si tienes suerte. Aquí es imposible que alguien que exponga en Valladolid salga en un periódico nacional. Allí también hay coleccionistas interesados en artistas emergentes, compran barato y luego hacen dinero con esas obras».

Narciso Maisterra ha reabierto su museo, por primera vez sin aperitivo, pero con la misma ilusión.

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