Iceta descarta nuevas sedes para el Museo Nacional de Escultura
UPL lleva al Senado, a través de Compromís, la reivindicación para que el Calvario de Juan de Juni retorne a la localidad salmantina
Del «expolio» del que habla la Unión del Pueblo Leonés a la legítima ubicación que defiende el Ministerio de Cultura. La controversia en torno al ... Calvario de la Capilla de los Águila –conjunto escultórico de Juan de Juni tallado entre los años 1556 y 1557, y ubicado en Ciudad Rodrigo hasta su traslado en 1997 al Museo Nacional de Escultura de Valladolid– se ha reavivado en el Senado, con una pregunta de Compromís al ministro Miquel Iceta.
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El senador Carles Mulet –a propuesta de UPL– reclamó al Gobierno la devolución a Ciudad Rodrigo de la pieza «secuestrada», junto a la creación en esta localidad salmantina de una subsede del Museo de Escultura, posibilidad que, dijo Iceta, ha sido «descartada» por el Ministerio.
«En este momento, ya existe un Museo Nacional de Escultura quetiene tres sedes [en Valladolid:Colegio de San Gregorio, Palacio de Villena y Casa del Sol], con una superficie de 18.483,58 metros cuadrados, suficiente para las funciones y actividades que desarrolla esa institución. Precisamente en Castilla y León, no en otro lugar de España. Por lo tanto, el proyecto del Ministerio no pasa por crear una cuarta subsede del Museo Nacional de Escultura en Ciudad Rodrigo», afirmó Iceta en su respuesta en la comisión de Cultura del Senado.
No entró a valorar la petición de que el Calvario de Juan de Juni (formado por el Cristo Crucificado, la Virgen y San Juan Evangelista) se exhiba de forma permanente en Ciudad Rodrigo. «Sobre esa cuestión, carezco de información», aseguró el ministro el martes, aunque este miércoles, durante una visita a Salamanca, estudió la cuestión. Y dijo:«Somos partidarios de que los museos que llevan el nombre de Museo Nacional puedan prestar, ceder o mover sus obras siempre que no corran riesgos». De hecho, el Calvario formó parte de una exposición temporal en Ciudad Rodrigo en 2006.
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Iceta incidió en una postura del Gobierno que parece firme desde 2009 para que el conjunto escultórico permanezca en Valladolid. «Ocupa un lugar central en la exposición permanente del Museo de Escultura», explicaba entonces en un comunicado, donde añadía que el objetivo «es lograr su máxima proyección pública, facilitar su estudio, garantizar su adecuada conservación y el disfrute de todos los ciudadanos».
El Museo se mostraba –y en eso insistió Iceta ayer– abierto a cualquier «colaboración o préstamo para exposiciones siempre que haya un proyecto que las avale», pero insistían en su importante valor para la colección, a la que se integró después de que el Estado comprara el conjunto escultórico a un particular. «Es verdad que los museos siempre son creaciones artificiales, es decir, los cuadros o esculturas no nacieron en un museo, los recogemos en un museo para poder dar una interpretación de la evolución artística o de una determinada disciplina. Pero si lleváramos al extremo la idea de que cada pieza tiene que estar donde le corresponde no habría museos», añadió.
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«Hay maneras de ceder temporalmente piezas, de hacer exposiciones temporales en algunos lugares y eso siempre se puede abordar desde la base del trabajo conjunto de las administraciones, y a partir del diálogo con los museos que actualmente tienen en depósito esas obras», añadió.
La historia de este Calvario comienza a mediados del siglo XVI, cuando Antonio del Águila, obispo de Zamora, encarga al imaginero Juan de Juni un calvario para su capilla funeraria, ubicada en la iglesia del convento de San Francisco, en Ciudad Rodrigo. El escultor acepta el encargo, por el que recibe 200 ducados, el 6 de julio de 1556. En el siglo XIX, el convento se desmanteló como consecuencia de la ruina sufrida en la Guerra de la Independencia y la posterior desamortización.
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Así, los herederos de los Águila trasladaron las tres figuras a su palacio. Los derechos de esta familia recayeron después en el marquesado de Espeja, casa nobiliaria emparentada con la del marquesado de los Altares y el condado de Puebla del Maestre. Los herederos fueron los que en 1997 vendieron por 77 millones de pesetas (462.779 euros) esta escultura al Ministerio de Cultura. Ya entonces se precisaba que la adquisición, que generó malestar en Ciudad Rodrigo, tenía como objetivo el traslado de las tallas al Museo de Escultura de Valladolid, para su restauración y posterior exhibición en su colección permanente.
Pero, desde entonces, han sido insistentes las voces que reclaman su retorno a Ciudad Rodrigo, como parte fundamental de una futura subsede del Museo de Escultura, sugerida durante los mandatos de José María Aznar (así lo dijeron las entonces ministras Esperanza Aguirre, en 1998, y Pilar del Castillo, 2002), si bien el Congreso lo rechazó en febrero de 2003 y no figuró en la agenda de posteriores Ejecutivos. El martes, Iceta sepultó de nuevo las opciones de una subsede por «la disponibilidad económicas del ministerio».
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Unión del Pueblo Leonés (UPL) considera esta decisión «una traición de los sucesivos gobiernos a Ciudad Rodrigo» y considera que el retorno de la obra de Juan de Juni «es factible, ya que podría darse con la simple voluntad del Gobierno».
'El Calvario' regresó de forma temporal a la localidad salmantina en 2006, como parte de la exposición 'El entorno creativo de Juan de Juni', en el Palacio de los Águila y como complemento a la muestra de Las Edades del Hombre. Durante la inauguración, la entonces ministra de Cultura, Carmen Calvo, apuntó que la obra «no está adscrito a ninguna ciudad y debido a esta circunstancia, puede estar en cualquier lugar del territorio español». Este «préstamo temporal» en Ciudad Rodrigo tuvo lugar después de que lo aprobara el patronato del Museo Nacional de Escultura, donde regresó la obra una vez clausurada la exposición.
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El alcalde de Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias, inistió ayer en que el rechazo a la construcción de una subsede del Museo de Escultura y la falta de respuesta respecto al Calvario de Juan de Juni se trata de «un craso error por parte del ministro, que demuestra su falta de sensibilidad con la reivindicación de Ciudad Rodrigo». Iglesias insiste en que esa obra «estaba ideada y pensada para nuestra localidad, para la que tiene un significado, y esto pone de manifiesto que el ministro no es sensible con el desarrollo cultural de una cabecera de comarca como es Ciudad Rodrigo». El regidor insistió en que el Calvario de Juan de Juni «se llevó para restaurarlo y volverlo a traer», al tiempo que consideró que «aquí, en Ciudad Rodrigo, era algo, pero en Valladolid se trata de una talla más».
Desde el Museo de Escultura insisten en su valor para la colección y ensalzan el «hondo dramatismo» y la «extraordinaria potencia y espectacularidad» del Crucificado, la pieza central. «La tela de su paño difiere de los demás cristos de Juan de Juni y este seguramente sea el más monumental no por su tamaño, sino por su corporeidad», añaden.
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