Acción en favor del derecho al aborto. M. C.-EP

Castilla y León

Vox aprieta al PP en Ayuntamientos con el aborto y reactiva el fantasma del protocolo impuesto a Mañueco y nunca aplicado

De la aprobación de la escucha del latido fetal y ecografías 4-D para favorecer la «implicación emocional» de la madre en 2022 a informar ahora de un síndrome postaborto sin aval científico

Susana Escribano

Valladolid

Viernes, 3 de octubre 2025, 06:53

El PP lo aprobó en el Ayuntamiento de Madrid y ha decidido exportar la iniciativa a otros consistorios, como el de Valladolid. Los ultraconservadores de ... Santiago Abascal aprietan ahora al PP con iniciativas para informar de un 'síndrome post aborto' que se produce tras interrumpir un embarazo no deseado, que no está avalado científicamente y al que las iniciativas promovidas por Vox atribuyen traumas psicológicos y secuelas negativas agrupadas en un cuadro psicopatológico que desencadenaría desde depresión, ansiedad, alcoholismo o autolesiones a trastornos de la conducta alimentaria como la anorexia y la bulimia. Dicho síndrome no es reconocido como un síndrome real por la comunidad médica general, algo que acababa expresando el propio regidor de Madrid, José Luis Martínez Almeida.

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La presentación de estas propuestas en los plenos municipales ha resucitado el protocolo de medidas provida y antiaborto que llegó a aprobar en enero de 2022 un Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León. La polémica que generó llevó a Alfonso Fernández Mañueco a dar marcha atrás cuatro días después y situar las medidas en el limbo de las cuestiones que no se aplican. Ese protocolo, que prendió una doble crisis, interna entre los entonces socios de PP y Vox e institucional entre el Gobierno central y la Junta, finalmente no se estrenó. Mañueco lo aparcó también empujado desde el equipo de Alberto Núñez Feijóo y reconociendo que algunas de sus medidas podían entrar en el terreno de las coacciones hacia las mujeres que deciden interrumpir su embarazo.

Carvajal ha avanzado que presentarán en el Ayuntamiento de Valladolid la iniciativa sobre el síndrome postaborto aprobada por Almeida en Madrid

El protocolo antiaborto impuesto por Vox, con Juan García-Gallardo entonces como vicepresidente, al PP de Alfonso Fernández Mañueco incluía medidas que, según explicaban las sociedades médicas, no aportaban sanitariamente mejoras al seguimiento del embarazo, como la escucha del latido fetal y las ecografías 4-D en sustitución de las habituales de 2-D. Lo que sí proporcionaban las nuevas ecografías (en los centros públicos de Sacyl no disponían de ese equipamiento para desplegar su aplicación) era un «vídeo en tiempo real una imagen del bebé con sus rasgos y gestos faciales, manos, dedos pies y resto del cuerpo, perfectamente identificables y reconocibles para la madre y la familia», informaba una nota de prensa oficial, que apuntaba también a la finalidad: «favorecer la implicación emocional» de la gestante que estaba valorando o había decidido interrumpir su embarazo. Vox trataba así de convertir Castilla y León en su laboratorio de medidas provida y antiabortistas.

Fernández Mañueco y el consejero de Sanidad, en enero de 2022, al aclarar que Castilla y León no iba a aplicar el protocolo aprobado cuatro días antes. Ical

Aquel protocolo de Castilla y León con el que el Gobierno de Mañueco y Gallardo defendía promover «medidas sanitarias relacionadas con el fomento a la natalidad y el apoyo a las familias» fue aprobado un jueves 12 de enero, con Gallardo asegurando que las medidas eran de obligada aplicación por parte de los sanitarios. El portavoz de la Junta, del PP, se sentaba junto a él sin poner objeción. Cuatro días después, el lunes 16, el presidente de la Junta comparecía con el protocolo elevado a polémica nacional acompañado del consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez (departamento que firmaba la nota oficial sobre los cambios en la atención a «la madre gestante» impuestas por Vox), para intentar sofocar esa crisis: «No se va a obligar a nada a médicos y a embarazadas», zanjó Mañueco, que reconocía «en ningún caso la Junta de Castilla y León actualiza el protocolo de mujeres que se someten a una interrupción voluntaria del embarazo».

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El presidente de Castilla y León argumentaba que las medidas anunciadas cuatro días antes, que los profesionales ofrecieran obligatoriamente el protocolo de latido fetal y cardiaco y la ecografía 4D a una mujer que expresa su deseo de interrumpir un embarazo, podía «derivar en coacciones directas e indirectas», penadas por ley. Es, añadía Mañueco que «tengo muy claro... La Junta de Castilla y León no las va a promover ni las va a amparar», remarcaba el dirigente popular sobre las esas posibles 'coacciones'. Desde la Junta han asegurado este jueves que esa posición fijada entonces por el presidente de Castilla y León es la que sigue vigente frente al protocolo provida de 2022, que está en el limbo de lo nunca aplicado.

Tensiones medidas, de salón

Desde Vox se amagó con romper la coalición, sin cumplir esa amenaza durante más de año y medio (dejaron el Gobierno en julio de 2024 por la acogida de menores inmigrantes no acompañados) y aplicaron al protocolo antiaborto una 'estrategia Guadiana'. La exigencia de poner en marcha lo aprobado aparecía y desaparecía de la agenda política autonómica y estatal según el momento, aflorando en tiempos electorales.

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Y el aborto vuelve de nuevo a tensar el debate político de la mano de Vox, ahora en los ayuntamientos. «Lo plantearemos», ha avanzado Irene Carvajal, teniente de Alcalde de Vox en el Ayuntamiento de Valladolid que preside el popular Jesús Julio Carnero A diferencia de Madrid, en Valladolid el PP no tiene mayoría y los ultraconservadores están en el gobierno municipal.

«No hay un derecho al aborto, el único derecho constitucional es el derecho a la vida», ha argumentado Carvajal, que entró en política desde el ámbito profesional del Derecho, al tiempo que defendió la información del 'síndrome post aborto' como algo necesario para que los «consentimientos» ante la práctica de un aborto sean «completos» y permitan «conocer todos los posibles efectos del mismo». Próxima estación para azuzar políticamente con el aborto: Valladolid

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