Castilla y León
El Pisuerga-Bajo Duero es el único sistema que no tiene garantizada una campaña de riego «normal»En estos momentos, los embalses gestionados por la CHD se encuentran al 75,3% de su capacidad total, casi dos puntos más que hace un año y uno por encima de la media de la última década
Silvia G. Rojo
Miércoles, 13 de marzo 2024, 00:01
El próximo 1 de abril comenzará de manera oficial la campaña de riego pero antes de ese momento, la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) ha ... convocado a los regantes a través de las Juntas de Explotación, que se extenderán entre el 13 y el 19 de marzo.
Es en estas reuniones donde se analiza la situación de cada embalse y a partir de ahí, se hace una propuesta sobre el volumen mínimo que debe conservar al final de campaña. Con ese dato, se estiman las dotaciones orientativas máximas de agua para la campaña de riego.
De momento, con los embalses al 75,3% de su capacidad, la Confederación confirma que la perspectiva general de la campaña de riego es «bastante favorable» en la cuenca, si bien la situación es desigual según el sistema que se analice.
Así, todos los sistemas situados al sur del Duero «tienen asegurada una campaña de riego normal en cuanto a sus necesidades de agua». Es el caso de los sistemas Águeda, Tormes, Adaja, Riaza, Alto Duero y Arlanzón, que se encuentran por encima de la media de los diez últimos años y en algún caso, en los límites establecidos por los resguardos de seguridad, razón que justifica el incremento del desembalse en relación con los valores habituales para el mes de marzo que presentan presas como Santa Teresa; Úzquiza; Cuerda del Pozo o Linares del Arroyo.
Respecto a los sistemas del norte de la cuenca, que afectan fundamentalmente a las provincias de León y Palencia, así como al Bajo Duero (Valladolid-Zamora), «nos encontramos por debajo, pero próximos a los valores habituales en estas fechas en los sistemas Órbigo y Esla-Valderaduey», confirman estas mismas fuentes. Por otra parte, tanto el sistema Tuerto y el Carrión han alcanzado los niveles de resguardo, y el desarrollo de su campaña «va a venir muy influido por la primavera, como suele ser habitual».
Finalmente, el caso «más crítico» se sigue encontrando en el Pisuerga-Bajo Duero, donde, si bien la situación es mejor en relación al pasado año, «nos encontramos lejos de los volúmenes embalsados según la media de los diez últimos años y no se encuentran garantizadas las dotaciones mínimas que permitan asegurar una campaña normal».
«Estamos muy nerviosos»
El presidente del Canal de Toro-Zamora, Pedro Pablo Ballesteros, reconoce que los regantes de ese Bajo Duero, «estamos muy nerviosos» y reclaman a la Confederación «que ejerza sus competencias».
Asegura que después de ocho años de ajustadas dotaciones, el año pasado 3.500 metros cúbicos por hectárea, «ya tenían que haber dado una solución desde el ámbito jurídico». Ballesteros parte del hecho de que el agua «no es propiedad de nadie» y que otros sistemas están en condiciones, esta campaña, de hacer aportaciones al Bajo Duero. «A nosotros nos puede aportar el Alto Duero, incluso el canal del Duero, Arlanza y Arlanzón, el Adaja, cuyo agua llega aquí». Añade que la situación es de una «incertidumbre gravísima», pues los agricultores tienen que planificar los cultivos en función del agua disponible y con 3.000 o 3.500 metros cúbicos no podemos hacer frente a una campaña medio normal».
Otra cuestión que destaca es que «cerca del 90% de las comunidades están modernizadas y eso supone unas cargas económicas grandísimas que ya son un problema en las cuentas de las comunidades porque hay comuneros que no pueden hacer frente a los pagos y eso ya roza más que la preocupación». Hay que tener en cuenta que son los regantes los que hacen frente a una parte de los gastos de modernización que, en teoría, se ve apoyada por determinados cultivos como puede ser el maíz.
«Creo que vamos a venir de la reunión igual, sin nada sólido, ya a finales de diciembre expresé a la Confederación que hicieran las gestiones que tuvieran que hacer, que tuvieran algo ya preparado, pero veo que se empieza a lavar las manos por lo que culpo a la Confederación de los problemas del Bajo Duero», concluye Ballesteros.
Sin previsible adelanto
A pesar de que la campaña de riego arranca cada 1 de abril, bajo determinadas circunstancias y a petición justificada por parte de cualquier Comunidad de regantes podrían autorizarse riegos esporádicos y adelantarse el riego de forma excepcional a la fecha mencionada. En este momento, dadas las previsiones climatológicas y el estado de humedad de los terrenos, «parece remoto que en este mes de marzo sea necesario realizar riegos antes del 1 de abril», comentan desde la CHD, «no obstante, hay que recordar que nos encontramos a primeros de marzo y la situación meteorológica puede cambiar rápidamente».
Por último, en lo que va de año hidrológico, desde el pasado 1 de octubre, se puede decir que ha tenido un inicio «irregular». Desde el organismo recuerdan que quedan meses, en particular, la primavera, «donde las precipitaciones habituales apoyarían no solo al regadío, sino que permitirían seguir incrementando el volumen de embalse, cosa que no ocurrió en el pasado año hidrológico 2022-2023 donde se tuvieron mínimos históricos en cuanto a las aportaciones a los embalses en los meses de abril y mayo en la mayoría de nuestros sistemas». Por resumir, se podría decir que lleva siendo un año «más o menos normal, en su conjunto, donde la ausencia de nieve ha sido el aspecto más significativo, hasta que hemos comenzado el mes de marzo, donde las precipitaciones en forma sólida sí están teniendo importancia».
En estos momentos, los embalses gestionados por la CHD se encuentran al 75,3% de su capacidad total, con 2.150,2 hectómetros cúbicos de agua almacenados, casi dos puntos más que hace un año (73,6%), y uno por encima de la media de la última década (74,5%).
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