Félix Ángel Fernández: «Hay personas y lugares de mi ciudad de los que no me quiero desprender nunca»

A sus 24 años, Félix Ángel Hernández Sinovas trabaja en el colegio Nuestra Señora de Recuerdo desde hace un año como maestro de Educación Infantil. «La oferta me llegó al haber enviado el curriculum al colegio tras saber que buscaban a un docente con un perfil concreto y en el que podía encajar. Tuve muchísima suerte en conseguir el puesto tras graduarme».

Consiguió el puesto a la primera, antes incluso de llegar a tener otras ofertas en Valladolid o en la comunidad. «Estuve durante el curso pasado viajando todos los días en Ave, como muchas personas de la ciudad, compaginando el trabajo con mi vida en 'casa'. Pero este verano se planteó la mudanza y veía claro empezar a formar una vida allí».

A medida que su estancia en la capital se prolonga, a Félix se le plantea el clásico dilema del desplazado. Una elección a 'corazón partío' entre un futuro sin fronteras o el apego a las raíces.

«No me quiero desprender de mi ciudad y ahora mismo no sé decir si volvería o me marcharía a otra ciudad diferente, pero lo que tengo claro es que hay personas y lugares de los que no me quiero desprender nunca. Tengo mucha vida en Valladolid».

Desde su atalaya capitalina, Félix aprecia que en su campo se han intensificado las contrataciones en los últimos tiempos... al menos en Madrid. Lo que no quita para que tenga claro que, en general, el colectivo de jóvenes lo va a tener «otra vez complicado». «Aún hay secuelas de la crisis de 2008 y ahora se sumarán las dificultades del coronavirus. Está claro que tenemos movernos... para buscar lo poco que hay y luchar por lo nuestro».