Panorámica de Ávila, uno de los entornos con presencia de radón. E. Margareto-Ical

Castilla y León

El mapa «prioritario» del radón, gas ligado al cáncer de pulmón, abarca 521 municipios

El Consejo de Seguridad Nuclear obliga a medir este compuesto procedente del uranio en los centros de trabajo de esas localidades y lo aconseja en otras 919

Susana Escribano

Valladolid

Lunes, 14 de julio 2025, 06:52

El radón es un gas natural de origen radioactivo o incoloro e inodoro que se genera por la desintegración del uranio presente en rocas del ... subsuelo y sobre el que existe evidencia científica de que estar expuesto a él en ambientes interiores provoca cáncer de pulmón. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) sería el segundo agente carcinógeno de este tipo de tumores tras el tabaco. Asociado a terrenos graníticos, el mapa de Castilla y León es rico en radón. Tanto como para que el Consejo de Seguridad Nuclear haya incluido a 521 municipios de la comunidad en el listado de localidades de actuación prioritaria para atajar el riesgo que para la salud puede en que puede convertirse este elemento y que conlleva la obligación de mediciones en centros de trabajo,especialmente aquellos ubicados en planta baja o bajo rasante: oficinas, comercios, balnearios y 'spas' (por su posible presencia en agua), laboratorios o aparcamientos. Una medida que se concreta, aplaudida por los sindicatos.

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«El radón por ser un gas, se desplaza desde el subsuelo hasta la superficie… En el aire exterior, el radón se ventila y diluye en la atmósfera representando un riesgo mínimo para la salud. En cambio, en el interior de los edificios puede acumularse si el aire no se renueva convenientemente. La presencia de radón en mayor o menor cantidad en el aire interior se debe fundamentalmente al tipo de suelo sobre el que se asienta el edificio, las características del tipo de construcción, la antigüedad, el régimen de ventilación y en menor medida, de los materiales de construcción utilizados. Por ser un gas más denso que el aire se acumula en mayor concentración en plantas bajas y sótanos», recogen los responsables de la Consejería de Sanidad sobre este compuesto en la página web de la Junta de Castilla y León.

Existen guías de construcción para evitar la concentración de radón, con elementos 'barrera' y ventilación, además de medidores asequibles

La obligatoriedad de llevar a cabo mediciones (de al menos tres meses entre octubre y mayo o durante todo el año si no hay periodos de inactividad) en los centros de trabajo en esos 521 municipios que conforman la 'zona II' radónica es una de las medidas que marca el Plan Nacional contra el Radón publicado por el Ministerio de Sanidad el año pasado y que a las iniciativas preventivas de mediciones y estudios de salud, incorpora otras constructivas para la implantación de elementos barrera y de ventilación en locales y viviendas que impidan que este gas se cuele por fisuras, tuberías o cimentación deficientes o que, si lo hace, se concentre en la atmósfera que se respira bajo ese techo. Existe una guía de construcción frente al radón y otra de rehabilitación de edificios antiguos, que suelen ser los más expuestos a esa intrusión silenciosa. Un fenómeno natural, que puede neutralizarse con una edificación cuidadosa.

En España se estima que el radón provoca más de 1.500 muertes al año, con una horquilla que atribuye a este gas entre el 3% y hasta el 14% de los cánceres de pulmón. El plan nacional incide en la necesidad de potenciar la información a la ciudadanía sobre ese riesgo para la salud que supone la exposición a este elemento, peligrosidad que gana enteros en el caso de que la persona sea fumadora. «Este riesgo se ve multiplicado por la sinergia entre la acción del radón y la del tabaco sobre el organismo, por lo que los fumadores deben ser considerados como un grupo de riesgo específico. Es importante sensibilizar a la población sobre las consecuencias de convivir en espacios donde se fuma, se consumen productos de tabaco calentado o se utilizan cigarrillos electrónicos, especialmente en aquellas zonas de actuación prioritaria de radón mediante actuaciones informativas y formativas», recoge el documento oficial del Ministerio de Sanidad.

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Paisaje granítico de la Sierra de Gredos. Gabriel Villamil

Al listado de estos 521 municipios de actuación prioritaria, se suman en Castilla y León otros 919 municipios, con una exposición inicial más baja al radón, pero donde también se recomienda su medición aunque no sea obligatoria. En total, el 64% del suelo castellano y leonés estaría afectado por este riesgo invisible al que se responsabiliza de un porcentaje de diagnósticos de cáncer de pulmón.

En esa zonificación que el Consejo de Seguridad Nuclear considera con mayor exposición, se libran las provincias de Valladolid, Palencia, Soria y Burgos, que sí tienen municipios con un riesgo de exposición menor, en los que no es obligatoria la medición, pero sí aconsejable. En la provincia vallisoletana se incluyen 102 localidades repartidas por la zona sur en torno a Medina del Campo y Nava del Rey, Tierra de Campos, de Pinares y la comarca peñafielense.

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Segovia, Salamanca...

Segovia, Salamanca, Ávila, León y Zamora suman a municipios con exposición al radón que hace recomendable la vigilancia, esos 521 en los que el riesgo gana intensidad y es obligatorio el seguimiento. Castilla y León conforma con Madrid, Galicia y Extremadura el cuadrante de presencia de radón en el mapa español.

«No se trata de tomar medidas aisladas, sino de adoptar un enfoque integral que refuerce la seguridad de los negocios frente a riesgos invisibles como el radón. Tienen que ser, en lo posible, soluciones que cumplan con los requisitos del Código Técnico de la Edificación, que en las zonas de mayor riesgo (zona II) exige una doble estrategia: una barrera física más una solución complementaria, como un espacio ventilado o la despresurización del terreno. La mejor manera de evitar el radón es impedir que entre en nuestras viviendas o lugares de trabajo, donde pasamos muchas horas al día», explica David Rodríguez, directivo de la firma constructora Molins, que ha trabajado medidas de edificación frente al radón.

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Con el fin de medir y evaluar la exposición al radón natural en Castilla y León se colocaron por parte de la Junta más de tres mil detectores en viviendas y edificios públicos de toda la comunidad, para elaborar los mapas de incidencia de este elemento. Fueron 3.091 medidores distribuidos por provincias: Ávila, 365; Burgos, 392; León, 487; Palencia, 221; Salamanca, 558; Segovia, 198; Soria, 258; Valladolid, 276; y Zamora, 336.

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