El conflicto entre Carrefour y Pepsico afectará al sector de la patata de Castilla y León

¿Va a afectar al sector de la patata de Castilla y León el conflicto empresarial entre Carrefour y Pepsico? Aunque todavía se trata de un tema muy reciente, los productores de patatas insisten en que «el murmullo está ahí, la gente lo comenta».

Esa respuesta la da Eduardo Arroyo, presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León (Appacyl), quien cifra en el 50%, la patata de la Comunidad cuyo destino es la industria y que se muestra confiado en que la decisión de la cadena francesa «no afecte a nuestro sector porque hay una presión muy grande por parte de las industrias por buscar patata, no la hay, y ellos tienen que garantizar su suministro aunque es verdad que al principio, los murmullos siempre alteran».

La empresa Carsa es uno de los proveedores de Pepsico en Castilla y León y según confirma su representante, Yolanda Medina, «los proveedores estamos a la expectativa» pues es precisamente en esta época del año cuando se cierran las contrataciones.

Medina deja claro que para ellos «las acciones comerciales nos son desconocidas, pero sí te puedo decir que es una multinacional que va por delante en todo lo que tiene que ver con la responsabilidad social, económica y medio ambiental; es una empresa seria, con un equipo humano muy importante que recorre los campos de Castilla y León».

El argumento que ha dado Carrefour para dejar de vender los productos de Pepsico en Francia, Italia, España y Bélgica son los «aumentos inaceptables» de precios, y entre los productos se encuentran las patatas que se comercializan como Lay's. Es más, según algunas fuentes consultadas, una de cada cuatro bolsas de patatas fritas vendidas en España, son de esta multinacional.

«El precio de contratación de esta empresa puede ser similar a otras», comenta Medina, «pero trabajan la agricultura regenerativa y se hacen cargo económico de lo que supone mantener la biodiversidad, monitorean desde 2015 vía satélite las parcelas, tienen variedades propias que dan mayor rendimiento y son más estables en el almacenaje y esto hace que el agricultor tenga algo más de rentabilidad».

Pone como ejemplo el acuerdo firmado con Fertiberia por el que Pepsico pagará a los agricultores que utilicen nitrógeno verde la diferencia que suponga con respecto al nitrógeno convencional «todo ello con el objeto de reducir la huella de carbono».

Medina concluye que «el primer impacto no es bueno», sobre todo por lo que pueda pensar el consumidor, por eso insiste en poner en valor todo lo que hay detrás y sus estándares de calidad no solo con respecto al producto, sino con respecto a toda esa parte social y medio ambiental.

Aunque no es la primera vez que se utiliza como método de presión la retirada de productos, no es una práctica frecuente, y desde PepsiCo, de momento, no van más allá de lo planteado en su comunicado inicial: «Llevamos muchos meses negociando con Carrefour y seguiremos dialogando de buena fe para intentar garantizar la disponibilidad de nuestros productos».

En la Península Ibérica la compañía tiene dos fábricas, una en Burgos y otra en Carregado (Portugal), donde va buena parte de la patata que compran en Castilla y León.

Roberto Gómez, delegado sindical de UGT en la planta burgalesa, comenta que en este caso concreto, «no tenemos ninguna noticia al respecto de lo que esté sucediendo», y detalla que además de la fábrica, a tres kilómetros la multinacional cuenta con un centro logístico inteligente, inaugurado en 2021, «que fue un impulso definitivo» de la firma a la sede en Burgos.

En cuanto al sector productor, fuentes consultadas estiman que Pepsico puede tener más de 80.000 toneladas de patatas contratadas en Castilla y León, que trabaja por lo menos con cuatro almacenes instalados en la región y con al menos otras cinco empresas que operan en la Comunidad.

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