Cinco estudiantes de Castilla y León, ganadores de las Becas Europa 2025: «Ha sido el mejor viaje de mi vida»
Los premiados, de las provincias de Segovia, Salamanca, Valladolid y Burgos, han sido seleccionados entre casi 4.000 candidatos de toda España para un viaje por Europa y una plaza en la prestigiosa Escuela de Liderazgo Universitario
Lorena Arias Duque
Valladolid
Sábado, 30 de agosto 2025, 17:57
Cinco estudiantes de Castilla y León han sido seleccionados entre casi 4.000 candidatos de toda España para la XX edición del Programa Becas Europa ... Santander–Universidad Francisco de Vitoria, que reconoce a los cincuenta mejores estudiantes preuniversitarios del país. Con un expediente académico «brillante», estos alumnos han superado durante el bachillerato una serie de pruebas destinadas a medir en ellos todo tipo de aptitudes y rasgos, desde psicológicos o emocionales, hasta la planificación grupal y la capacidad de argumentación, con el objetivo de hilar cada vez más fino hasta seleccionar a un conjunto muy específico de jóvenes. El reconocimiento: un viaje de tres semanas por algunas de las universidades más emblemáticas de Europa, con paradas en otros organismos internacionales, en una experiencia de corte «académico y humano que apuesta por el talento joven con vocación transformadora», además de una plaza garantizada en la prestigiosa Escuela de Liderazgo Universitario (ELU) de la Universidad Francisco de Vitoria.
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La experiencia de los alumnos
«Buscaban, más allá de la excelencia académica, un perfil concreto en las personas», asegura Ruth Marazuela, estudiante segoviana graduada del bachillerato de ciencias sociales por el Instituto Francisco Giner de los Ríos, con una media final de 9,88 puntos. Su compañero del programa y paisano, Javier Castrillo, que terminó la misma rama de estudios en el Colegio Marista Nuestra Señora de Fuencisla, con una media redonda de 10, confirma que «las primeras pruebas eran más bien de criba, pero el resto tenían un factor personal muy claro, porque al final la excelencia académica ya era evidente desde el primer momento en los expedientes, así que había que buscar más allá». Segovia es la única provincia de Castilla y León en la que constan dos alumnos ganadores de esta edición de las Becas Europa, los otros tres de la Comunidad Autónoma se reparten entre Salamanca, Burgos y Valladolid.
Estos jóvenes se presentaron al programa por recomendación directa de sus profesores de secundaria que, en cada instituto, podían presentar como candidatos a un máximo de tres alumnos. «De primeras, no me sentía muy preparado para las pruebas, todo lo contrario», confiesa Javier Castrillo, «pero creo que fue para bien, porque parecía que buscaban ver cómo nos enfrentábamos a situaciones inesperadas». Entre estos exámenes, como explican los propios estudiantes, se encontraban tanto «los típicos», enfocados a medir los conocimientos académicos de «asignaturas básicas como matemáticas, lengua y literatura o inglés» como los que perseguían definir rasgos personales de los participantes al basarse en sus «motivaciones, miedos o aspiraciones». Por añadido, tuvieron que realizar presentaciones por escrito y en vídeo, una videollamada grupal y proyectos individuales y colectivos. Muchos admiten la incertidumbre al final de cada prueba e incluso hasta el último momento. «Cuando supe que estaban disponibles los listados de los ganadores, llegué a mentalizarme de que no me iban a coger», asegura Ruth Marazuela.
Pero ahí estaba su nombre y el de los otros cinco jóvenes de Castilla y León, junto a medio centenar de jóvenes de toda España. A continuación, les esperaba una experiencia única, donde Alcalá de Henares, Cambridge, Londres, París, Bruselas, Lovaina y Santiago de Compostela serían las prestigiosas escalas de un viaje con fecha de inicio el 29 de junio y fecha de regreso el 17 de julio. Ángela Rodríguez, graduada del bachillerato biosanitario de Excelencia e Investigación por el Instituto Lucía de Medrano de Salamanca, con calificación media final de 9,9, confiesa que «pensaba que iba a ser un viaje muy serio y aburrido», y tras una pausa, rectifica: «pero ha sido el mejor viaje de mi vida».
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Tampoco Leyre Martínez, de Valladolid, puede aún «escoger las palabras» para describir su experiencia porque, a su parecer, «intentar reducirla a las palabras sería limitar algo muy grande». La alumna del Colegio Nuestra Señora de Lourdes, graduada de la rama de estudios biosanitarios con calificación media final de 10, destaca tanto las formaciones recibidas a lo largo del viaje y la estancia en enclaves europeos históricos, como las relaciones personales que tuvo oportunidad de construir. «Para mí ha sido un regalo y no puedo estar más agradecida de haberlo vivido. Siempre estaré agradecida a mi colegio por haberme presentado al programa», asevera. El momento de la verdad, al ver su nombre en los listados, lo describe como «mágico»; una secuencia de acontecimientos emotivos: «encender el teléfono, asombrarme y querer llamar inmediatamente a mis padres, a mis abuelos y a todas las personas que son especiales para mí, para que se alegraran conmigo».
Estudiantes excelentes
Sin duda, no hay más que echar un vistazo a las calificaciones con las que cerraron su expediente del bachillerato todos estos jóvenes para corroborar que, en efecto, encajan en el perfil de la excelencia académica. Sin embargo, labrarse este título implica mirar más allá de las cifras, como aseguran los propios estudiantes, y enfocarse en «las ganas de aprender, en el interés por lo que nos rodea, en no cerrarse a ningún conocimiento y en la fuerza de voluntad». «Cuando concebimos el aprendizaje como un regalo y no como una carga, cambia nuestra forma de ver el mundo, se amplía nuestro horizonte», señala Leyre Martínez. Para ellos, la disciplina es la base sólida e irremplazable que sostiene el camino hacia dicha excelencia, como apunta Javier Castrillo, quien se considera a sí mismo «un estudiante de costumbres», que no se siente «en la obligación de estudiar», sino que formarse es para él «una decisión propia».
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Si bien la mayoría de los seleccionados tenía bastante definido el próximo paso que daría para iniciar su carrera profesional, todos admiten la influencia que ha tenido sobre ellos el viaje de Becas Europa, bien para acabar de moldear su decisión, bien para reafirmarla. «Hemos aprendido que tenemos que empaparnos todo lo posible de la experiencia universitaria», explica Ángela Rodríguez. Así es que, una vez vivida esta experiencia única, muchos tienen claro que «este es el camino», como afirma Ruth Marazuela. Con la mirada puesta en el próximo curso académico, el primero de su carrera universiatria, la segoviana confiesa que ha sido seducida por la rama sanitaria, a la que también se adhiere la vallisoletana Leyre Martínez; la Estadística consigue una adepta, la salmantina Ángela Rodríguez; y el segoviano Javier Castrillo, que siempre se había inclinado por el ámbito jurídico y la filosofía, ha optado por tomar la plaza que garantiza el propio programa a cada uno de sus ganadores entre los asientos limitados de la ELU.
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