Farmacia de la calle de Argales de Valladolid. Carlos Espeso

Castilla y León, cada vez más medicada

El envejecimiento de la población, el malestar social y la mayor oferta terapéutica disparan cada año el empleo de fármacos que aumenta un 3,4% en 2021

Ana Santiago

Valladolid

Sábado, 16 de abril 2022, 00:01

La pandemia no ha ayudado pero el alto consumo de medicamentos se arrastra desde hace mucho tiempo atrás. Baja la población pero sube el volumen ... de medicamentos con receta –también la automedicación– en una Castilla y León –aunque el fenómeno es, desde luego, nacional– que, desde al menos 2010, ve bajar su número de personas bajo el paraguas de Sacyl a la par que aumenta sin embargo el consumo medio y el total de preparados terapéuticos prescritos por el sistema sanitario. Con algo más de 2,4 millones de habitantes en 2013, los castellanos y leoneses tomaban algo más de 48 millones de envases de medicamentos. Con 2.308.174 personas con tarjeta sanitaria de salud (119.996 menos) el consumo subió en 2021 a 57.106.798 envases.

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Castilla y León está muy medicada. Cada ciudadano consume una media mensual de 2,03 envases de medicinas cada mes. La media española es de 1,8. Y lo está porque se recetan más para combatir trastornos de salud mental como la ansiedad y la depresión y también los analgésicos han ganado mucho peso. Solo los antibióticos, con la campaña de uso racional de los mismos, han descendido. La tendencia es ascendente, cada año sin excepción crece la factura. El envejecimiento de la población –lo que implica más patología crónica y achaques– , algo que caracteriza a la comunidad y un malestar social muy extendido en cuanto a estrés, dolores musculares, sedentarismo, malos hábitos en una época de mayor desempleo y carencias que se busca suplir con fármacos explican el incremento progresivo. Así lo apuntan diversos trabajos de las sociedades científicas de Familia y Comunitaria (SemFYC) y de la de Médicos Generales y de Familia (SEMG) a nivel nacional.

Los castellanos y leoneses consumen una media de dos cajas de medicinas al mes

Además, coinciden facultativos en señalar que sigue la automedicación (aunque estos datos de la Junta no la evalúan ) y una mala cultura en el cumplimiento terapéutico que conlleva, en ocasiones, a la repetición del tratamiento o al recorrido por varios médicos en busca de soluciones.

La media autonómica se cerró en dichos 2,03 envases por persona y mes. Ávila, Zamora y León fueron las provincias donde más se consumieron, con 2,53, 2,47 y 2,28 envases per cápita respectivamente. Mientras que los pacientes de Burgos y Valladolid utilizaron una media de 1,76 y 1,75 fármacos por usuario.

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La factura es desorbitada. Tras Extremadura y Asturias, por este orden, la más alta de España por cada ciudadano. Castilla y León aumentó en un solo año su consumo un 3,4%. Más de 4,7 millones de medicinas cada mes y es en agosto, cuando más se consume, más de cinco millones, mientras que en mayo es cuando menos, 4,2, según los datos de la Consejería de Sanidad.

Por provincia, el mayor número de envases en el año 2021 se recetaron en León, Segovia y Burgos, con el 20,9%, 14,4% y 13,1% respectivamente. El mayor aumento se produjo en la provincia de Zamora, superando el 4% respecto al año anterior.

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Ligada a la edad está además el problema de la polimedicación de la mano de la pluripatología.

Un estudio publicado por la SemFYC en 2020 revelaba que la población mayor de 14 años con cinco o más fármacos prescritos simultáneamente había pasado del 2,5% en 2005, al 8,9% en 2015. El aumento de la polimedicación se produce en ambos sexos y en todos los grupos de edad; aunque la proporción de mujeres que toman varias medicinas a la vez fue mayor que de hombres y se incrementó especialmente en el grupo de edad por encima de los 80 años. Y el porcentaje de personas con polimedicación excesiva, es decir, con prescripción de diez o más fármacos simultáneamente, se multiplicó por diez en dicho periodo.

Los analgésicos y antiinflamatorios junto con los anticoagulantes, los productos más vendidos

La factura es ascendente año a año y parece incontrolable pese al descenso de población. Cada ejercicio bate nuevo récord. El gasto llegó en el cerrado 2021 a los 687,35 millones de euros, un 4,8% más que en el de la pandemia. En menos de un decenio ha aumentado un 22%. Son cinco euros más por persona protegida por la asistencia de Sacyl.

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Terapias

No es una sorpresa que sean los mayores de 75 años los que más medicamentos consumen, con la marcada excepción de los productos antiparasitarios para tratar lombrices y parásitos intestinales, insecticidas y repelentes que se concentran en un 26,60% en los adolescentes y jóvenes de entre 15 y 44 años. Es de hecho el tipo de medicamentos que mayor porcentaje concentra en esta franja etaria. En esta población lo siguiente más recetado responde al sistema respiratorio y a cuanto tiene que ver con el genitourinario y hormonas sexuales (anticonceptivos entre otros).

Los mayores suponen el 40,19% de los consumos y le siguen las siguientes generaciones de entre 65 y 74 y entre los 55 y 64, con un 22,05% y un 17,17%, respectivamente.

Lo que más emplean son fármacos para el tracto alimentario y metabolismo; sangre y órganos hematopoyéticos, y para controlar el sistema cardiovascular, algo que se repite entre los 65 y 74 años. De hecho, estos grupos entran en los que representaron mayor gasto el año pasado, así como en ejercicios anteriores, con impactos del 21,28%, en los de tracto alimentario; del 23,89%, en los del sistema nervioso, y del 17,8% en el del sistema cardiovascular.

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Entre los 45 y los 64, los más consumidos son los agentes antineoplásicos e inmunomoduladores; para el sistema musculoesquelético, y productos antiparasitarios.

Los niños, menores de 5 años, aportan a la factura farmacéutica solo el 0,57%. Las infecciones, los problemas dermatológicos y respiratorios acaparan su demanda terapéutica.

En función del sexo, se observa que los hombres gastan más –con un importe medio por envase de 15,38 euros– que las mujeres en todos los grupos terapéuticos, salvo en el que afecta a los dolores musculares y a los productos antiparasitarios, insecticidas y repelente que tienen una demanda masculina mayor. El importe medio de las mujeres es de 12,07 euros.

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Los medicamentos que encabezan la lista de los más vendidos, algo en común a toda España son: Nolotil, Adiro 10, Paracetamol Kern, Enantyum, Eutirox, Ventolín y el anticoagulante Sintrom.

La aportación de los usuarios a la factura se duplica en diez años

En el año 2012 entró en vigor la polémica medida entonces para contener el gasto farmacéutico en plena crisis económica, la de introducir el copago farmacéutico en general y no dependiendo de la condición de jubilado o pensionista sino de la renta. Esto implicaba que los ciudadanos españoles, salvo en algunas excepciones, debían pagar una parte del precio de los medicamentos que hasta entonces costeaba la Seguridad Social. Después, desde enero de 2021, se introdujo una importante modificación al respecto en busca de proteger a colectivos vulnerables y garantizar sus tratamientos.

Desde 2012, la aportación de los usuarios se ha duplicado y de aquel 4,93% de participación en la factura se pasó el 2013 al 10% y se mantuvo entre el 9,39% de 2020 y el 9,87% de 2016 hasta que el ejercicio pasado, en enero, se implantara otra modificación que ha rebajado el copago al 7,92% en la región. Ha beneficiado sobre todo a los pensionistas.

El copago farmacéutico es el porcentaje de pago que cada paciente ha de hacer para comprar productos sanitarios o farmacéuticos con receta médica. En función de diversas condiciones, entre las que son fundamentales la renta anual que reciban, el copago varía entre el 10% y el 60% del valor. El ciudadano no tiene que aportar ningún documento para acreditar su nivel de renta. La Agencia Tributaria facilita anualmente al INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social) los datos del nivel de renta de los usuarios, procedentes de la declaración del IRPF del último ejercicio fiscal. A partir de estos datos, el INSS asigna la aportación farmacéutica a cada usuario y la comunica a los Servicios de Salud de las comunidades autónomas. Las oficinas de farmacia pueden consultar el tramo de aportación asignado al presentar la tarjeta sanitaria.

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