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Ana Santiago
Miércoles, 1 de octubre 2014, 18:16
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Las temperaturas, aunque todavía inusuales en esta época del año ya que todavía arrastran el verano, comienzan a bajar y con el frío del otoño y del invierno llegará a buen seguro el aumento de los problemas respiratorios que llenan las consultas e, incluso, los hospitales. Con ellas vuelve la gripe al día a día, a las conversaciones de la calle y las dudas sobre las vacunas y la utilidad de la prevención, entre otras patologías. Y aunque son enfermedades propias del clima que se avecina y pueden resultar inevitables, no cabe duda de que una vida sana, una alimentación adecuada y algunas medidas higiénicas además de las vacunas ayudan a pasar estos largos días. Para conocer estos detalles de prevención, las Aulas de Salud de El Norte de Castilla contaron ayer con la doctora Marta Jiménez- Prada de Miguel, médico general del Espacio de Salud DKV.
Una jornada que se celebró una vez más el salón de actos de Caja España-Caja Duero con el patrocinio de DKV Seguros Médicos, Volkswagen Vehículos Comerciales, Ambuibérica, la fábrica de galletas Gullón y la Junta de Castilla y León.
La doctora Jiménez-Prada ubicó su intervención en el particular clima de esta ciudad, de inviernos secos, fríos y, sobretodo, largos; aunque, matizó, que en el medio urbano se suavizan las inclemencias; pero, «aún así, estamos sometidos a las variaciones del clima» y «con la llegada del otoño, aumentan su frecuencia algunas enfermedades, condicionadas por el clima frío», entre otros factores.
Repasó así, entre otras , las enfermedades más frecuentes o que más preocupan, tales como la enfermedad obstructiva crónica -tal vez más conocida por sus siglas EPOC-, la neumonía y, por su puesto, la gripe, una cita que no falta cada invierno, anunciada por la campaña de vacunación oficial.
La EPOC, destacó Jiménez-Prada, «se caracteriza clínicamente por la tos y expectoración durante al menos tres meses al año y durante tres años consecutivos, según el concepto clásico». Actualmente -añade- se la define por la limitación crónica del flujo aéreo, no reversible totalmente».
Destacó asimismo esta doctora que «es una enfermedad multidimensional en la que se reconocen manifestaciones extrapulmonares que pueden condicionar su pronóstico». Analizó así la frecuencia de esta patología y destacó que «la EPOC tiene una alta prevalencia, mortalidad e impacto socioeconómico» y que «está considerada como una de las principales causas de muerte en el mundo». Además, destacó «se espera un aumento de su prevalencia en los próximos años». Insistió en su intervención esta especialista en que, no obstante, «es una enfermedad prevenible y tratable».
Asimismo, explicó que «el componente extrapulmonar consiste en manifestaciones sistémicas como son la pérdida de peso y de masa muscular, enfermedad cardiovascular, osteoporosis, depresión o anemia». Marta Jiménez-Prada insistió especialmente en el daño que el tabaco puede provocar en el sistema respiratorio y, en particular, en la importante relación entre el hecho de ser fumador y el de padecer una obstrucción crónica de los pulmones; aunque no todas las EPOC tienen su origen en el tabaco, aclaró.
Contundente, la doctora Jiménez-Prada: «El humo del tabaco es el principal factor de predisposición. La inhalación de polvo y gases tóxicos origina una respuesta inflamatoria que está presente en todos los fumadores. Cuando esta respuesta se amplifica, se produce la EPOC. Pero no todos los fumadores llegan a desarrollar la enfermedad. Esta susceptibilidad depende de factores no totalmente conocidos, incluyendo posibles condicionantes genéticos», repasa.
En cuanto a las vacunas, son absolutamente recomendables y, en particular, la antigripal para todos los pacientes de EPOC, entre otros grupos de riesgo y personas mayores o trabajadores de fuerzas y seguridad del Estado o que trabajan con población más vulnerable y la antineumocócica, en mayores de 65 años y en casos de EPOC grave. Destacó además la doctora Jiménez-Prada que apenas tiene efectos secundarios, y son menores, y es la prevención más afectiva.
Repasó asimismo las medidas generales a adoptar por los pacientes diagnosticados de esta enfermedad. Como primordial, insistió, «la supresión del tabaco. Primordial y muy eficiente. Dejar de fumar frena la caída del volumen respiratorio en la espirometría y aumenta la supervivencia. Para dejar de fumar es fundamental la motivación y la decisión del paciente, el apoyo del médico y del entorno familiar», recordó. Recomendó asimismo «la actividad física, muy importante para mantener la capacidad respiratoria. En el paciente que realiza ejercicio, se reduce el número de agudizaciones y, en especial, las que requieren ingreso hospitalario y mejora el estado general y la supervivencia. La recomendación habitual es la de caminar una hora al día».
Neumonía
Jiménez-Prada también repasó la neumonía, una patología que definió como «el cuadro clínico resultante un proceso inflamatorio del tejido pulmonar. Puede estar producida por diferentes agentes, infecciosos, físicos, autoinmunes...» pero la doctora se centró «en la infección, en particular de la ocasionada por una bacteria en concreto, el streptococcus pneumonia, más conocido como neumococo, que se encuentra habitualmente en la rinofaringe de niños y adultos» .
Y, por supuesto, repasó el virus respiratorio sincitial causante más frecuente de bronquiolitis aguda en lactantes y la más conocida gripe cuya incidencia aumenta al final del otoño e inicio del invierno y al final de la primavera.
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