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Unas jóvenes recorren el espacio expositivo en el que se exhiben espigas.

Arévalo recupera el castillo como atractivo turístico y cultural

El Ministerio de Agricultura recrea un recorrido histórico a través de la cultura campesina

Fernando G. Muriel

Lunes, 28 de julio 2014, 09:00

La ciudad de Arévalo cuenta de nuevo con su castillo como atractivo turístico y cultural. El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, propietaria de la fortaleza del siglo XV, y que gestiona a través del Fondo Español de Garantía Agraria, FEGA, ha abierto al público sus puertas en las que se alberga la exposición permanente, bajo el título Castillo y silo. Un lugar único en el mundo, donde se puede realizar entre sus muros, y resalta la importancia de este sector en el desarrollo de España.

El recorrido se inicia en la Torre del Homenaje, desde donde se da a conocer la historia de esta fortaleza de arte mudéjar y sus diferentes etapas de construcción. La visita de esta exposición audiovisual está guiada por el personaje de la reina católica Isabel de Castilla, muy vinculada a la ciudad de Arévalo. Las reflexiones de la soberana Católica resaltan la importancia de la agricultura desde sus orígenes, cuando esta actividad cambió la tendencia migrante de nuestros antepasados y dio lugar a los primeros asentamientos, y mostrará una visión de la agricultura del futuro.

La muestra continuará en la planta segunda de la torre, donde se encuentra la singular colección de cereales del FEGA, que reúne más de 400 variedades de la biodiversidad cerealista. La exposición también permite conocer el importante papel de la Administración en el desarrollo agrícola del país, que despegó en los años treinta del pasado siglo cuando el problema de la especulación del trigo forzó al Estado a intervenir en el mercado del cereal, regulándolo y asegurando su abastecimiento. Surgiría así la mayor red de silos europea, la Red Nacional de Silos y Graneros, RNSG, que aparece representada mediante maquetas y un mapa interactivo.

Tras abandonar la torre del Homenaje del castillo, los visitantes se trasladan a lo que fue el silo de cereales, pudiendo ver in situ el interior de estos almacenes de este enclave, partiendo de las celdas en las que se depositaba y almacenaba el grano, para conocer cómo eran las labores de mantenimiento y funcionamiento, desde que los agricultores traían el grano, primero en carros tirados por animales, y posteriormente en remolques de tractores, hasta su ensacado para comercializarlo, dónde se recoge una muestra del devenir histórico del sector, desde el primitivo Servicio Nacional de Trigo, SNT al actual FEGA. El visitante descubre el interior de las celdas de este enclave.

La visita concluye en el edificio anejo, donde se muestran las antiguas oficinas del jefe de silo, así como la recreación de una escuela española de mediados del siglo XX, época en la que el SNT se hizo cargo de las ruinas del castillo para restaurarlo y convertirlo en un silo. En aquellos años, se puso en marcha el servicio de regulación de cereales, que resultaba importante para la vida rural de la España cerealista. En la pizarra virtual de esta escuela, se muestra un video que ofrece una reflexión sobre el pasado y el futuro de la agricultura.

El castillo de Arévalo se encuentra emplazado al norte del núcleo urbano y enclavado en una elevación, en las confluencias de los ríos Adaja y Arevalillo, que le proporcionan una especie de foso natural defensivo. Edificado en el siglo XV, la planta del castillo es como la punta de una flecha, es decir, un baluarte, siendo probablemente el castillo de Arévalo la primera estructura en Castilla reconocible como tal.

Torres circulares

Los muros exteriores nos muestran su planta pentagonal. Orientada al mediodía se levanta la fachada principal, de la que sobresale la antigua mota o torre, transformada en torre del Homenaje, la cual estuvo unida lateralmente a los muros que constituían la segunda muralla del reciento urbano en la villa, quedando aún restos del grueso muro de cal y canto revestido de sillares en la cara exterior. Frente a esta fachada con portada adovelada, se extendía una gran plaza.

Perpendiculares a la fachada principal arrancan las dos fachadas laterales que tuercen hacia el interior, reforzando sus ángulos con torres circulares, para formar las dos fachadas posteriores, cuyo encuentro se realiza en otra torre circular. En toda la fábrica del castillo se pueden observar dos tipos diferentes de aparejo constructivo. El tercio inferior de los muros es de piedra. El resto es de ladrillo, en un estilo inequívocamente mudéjar, con garitiones en los lienzos finamente diseñados, apoyados en grandes repisas cónicas, y matacanes falsos sobre cornisas voladas encima de arquillos. Las almenas, sin embargo, son las gruesas propias de la época de influencia italiana de aproximadamente 1520, y hay troneras rasantes de un tamaño impresionante.

La torre del Homenaje, que domina la fachada que da a la población, constituye elemento fundamental en los castillos señoriales de los siglos XV y XVI, considerada esencial en la fortificación castellana, y que consiste, en el castillo de Arévalo, en una torre de planta cuadrangular con exterior en semicírculo dándola una forma de D, con tres suelos superpuestos y abovedados, divididos con forjados de madera para hacer más flexible la utilización del espacio dentro de la torre, que solía servir como punto de coordinación de las defensas del castillo.

El 8 de marzo de 1952, la Corporación Municipal acordó ceder gratuitamente el dominio de los terrenos y del Castillo para instalar en ellos graneros o paneras para el Servicio Nacional del Trigo.

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