'El Jefe' coordina y el 'Químico' cocina: así operaba la red de narcotráfico con sede en Burgos

«El Jefe» para coordinar la distribución de la droga y el «Químico» para cocinarla. Así operaba una de las mayores bandas de narcotráfico del mundo, con sede en Burgos, interceptada y desarticulada por la Policía Nacional en una operación conjunta con la Policía francesa, según ha informado BURGOSconecta.

Trece personas han sido detenidas -tres de ellos en la provincia burgalesa- durante las intervenciones realizadas entre las que se ha arrestado al líder de la organización, conocido como «el Jefe», que presuntamente se encargaba de transportar la droga desde los Países Bajos a España.

Así, desde su domicilio en Barcelona, presuntamente coordinaba todas las actividades necesarias para la importación, transformación y distribución de sulfato de anfetamina. Para ello, la red criminal disponía de un lugar de almacenamiento, conocido como «guardería», donde ocultaban y «enfriaban» la droga bajo la supervisión de otro responsable de la estructura que se encargaba de la ocultación, conocido como «caletero».

Una vez recibida la droga en la ciudad condal, se trasladaba hasta la localidad madrileña de Alcalá de Henares, donde se pudo detectar un laboratorio regentado por una persona conocida dentro de la banda como el «Químico», y que, presuntamente, era el responsable de la transformación de los productos sintéticos en sulfato de anfetamina (speed).

La Policía Nacional explica que este laboratorio clandestino requería de procedimientos de complejidad y conocimientos específicos de química (de ahí el sobrenombre) para llevar a cabo la transformación del aceite de speed en speed. Con el reactor químico del que disponía la organización y según sus dimensiones, podrían haberse producido unos 72 kilogramos semanales, pues no tendrían que depender de la importación de aceite, al poder fabricarlo ellos mismos.

Según relatan las mismas fuentes policiales, se intervinieron nueve bolsas de un kilogramo cada una con speed y un bidón con aceite de speed de 25 litros y se localizaron 8.000 litros de productos químicos y bidones de hasta 1.000 litros de capacidad en la nave localizada, que según los investigadores permitirían a la organización criminal fabricar 100 kilos de speed al mes.

Por otro lado, según pudieron averiguar los agentes, este miembro también llevaba al mismo tiempo un negocio paralelo en Barcelona junto a su madre, quien además de ayudar a distribuir parte del producto producido, le asistía en la fabricación y distribución de sustancias anabolizantes.

Después de su confección, la sustancia estupefaciente elaborada en dicha localidad era distribuida por el norte del territorio nacional detectándose tres importantes ramas de distribución. Las averiguaciones sobre la estructura criminal de la organización hicieron posible el descubrimiento de una de ella en Burgos y Cantabria.

En la provincia burgalesa, el distribuidor de la droga se servía de dos miembros más del grupo que cubrían los desplazamientos para trasladar el cargamento de sustancias estupefacientes. Para ello utilizaban vehículos lanzadera con compartimentos estancos, conocidos como «caletas», donde ocultaban la droga para su transporte incluso en el motor del vehículo.

Una vez en el lugar de destino, la carga era entregada a una tercera persona ajena al mundo delincuencial que movía la droga en bolsas de la compra con el fin de no llamar la atención. Así ocultaban y «enfriaban» la droga bajo la supervisión de otro responsable de la estructura conocido como «caletero».

A través de esta rama, extendida por todo el norte español y con especial incidencia en el País Vasco, se realizaba el traslado de la droga hasta una «guardería» ubicada en un pequeño municipio cántabro entre extremas medidas de seguridad, según detallan fuentes policiales, y desde donde se comenzaba el proceso logístico de reparto.

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