Comienzan a desmontar la grúa que reclamaron retirar los vecinos del casco histórico de Segovia

El decreto del pasado 20 de noviembre dictado por el alcalde de Segovia para que sea retirada la grúa instalada en el antiguo hotel Victoria, en la Plaza Mayor, ha comenzado a cumplirse este martes por la empresa Grúas Segovia SL. Los trabajos para desmontar la grúa de construcción han comenzado en la pluma por los operarios de la empresa, que prevé terminar la tarea este mismo martes por la noche.

El alcalde, Pedro Arahuetes, ha señalado que el Ayuntamiento conocía hace tiempo las quejas de los vecinos, si bien «no había que alarmarse porque no había peligro ni para las personas ni para los edificios colindantes», entre los que se encuentra la propia Casa Consistorial.

El desmontaje de la estructura metálica fue solicitado por Grúas Segovia SL el pasado mes de octubre, que pidió la licencia de ocupación de vía pública para instalar en la Plaza Mayor, junto al número 5, una grúa automotriz con un brazo desplegable de grandes dimensiones para llevar a cabo los trabajos, pues para retirar la estructura deben salvarse los tejados de las casas colindantes; las tareas programadas han supuesto el acondicionamiento de la zona y otras medidas de tráfico, como la prohibición de aparcamiento en la calle Cronista Lecea para el paso de los camiones de gran tonelaje.

El decreto de la Alcaldía autorizó el desmontaje de acuerdo con los informes de la Concejalía de Urbanismo y de la Policía Local, que establecieron las correspondientes medidas de protección ya que la grúa está instalada en el patio interior del antiguo hotel Victoria, un edificio en ruinas que había comenzado a ser rehabilitado para su transformación en residencia de ancianos.

La estructura de la grúa lleva años instalada en la finca del antiguo hotel Victoria sin ser útil, según denunciaron los vecinos que reunieron más de cien firmas para instar al Ayuntamiento a que ordenara su retirada. El escrito advertía de que la grúa sufre un claro deterioro y abandono y alertaba de que su presencia en tan mal estado representa una «amenaza» y despierta el temor a que se produzca un desgraciado desprendimiento sobre los edificios contiguos, según informó Ical.