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ANA SANTIAGO
Martes, 27 de noviembre 2012, 18:38
Es una demanda de pacientes y familiares y responde a los más modernos modelos de atención a las discapacidades psíquicas. El Hospital San Luis de Palencia, uno de los mayores y más consolidados complejos de España en la atención de estos problemas, cambia el viejo concepto de asistencia psiquiátrica de carácter hospitalario y fundamentalmente sanitario por una apuesta por las Unidades de Convivencia, es decir, pequeños pisos que cuentan con su salón, habitaciones y servicios propios de una vivienda, incluida su puerta de entrada y salida; pero ligados a un gran hospital no solo físicamente, al ser una ampliación de sus instalaciones, sino que también en cuanto a sus recursos asistenciales y sus ventajas de jardines, talleres o equipos profesionales. Supone toda una revolución para estas más que centenarias instalaciones con pocos modelos similares en España.
El centro asistencial palentino acoge actualmente a los usuarios con discapacidad mental dispone de 170 plazas en un circuito completo que da respuesta desde los casos más leves y moderados a los más severos y dependientes. Distintas unidades y programas, según su grado de autonomía. El hospital cuenta en la actualidad con tres unidades para estas discapacidades sensoriales que cuidan los casos leves y moderados con alto grado de independencia; los graves o profundos pero con moderada autonomía y, por último, los más severos que tienen una necesidad asistencial continua. Ahora el San Luis, un hospital de ochenta mil metros cuadrados, da un paso más en la asistencia de estas personas con la construcción y reforma de una de las alas del complejo con dos proyectos adjudicados a la constructora Zarzuela que deberán respetar un valor patrimonial catalogado.
Dos proyectos
Serán en total ocho módulos de convivencia levantados en dos alturas, un espacio que permitirá fomentar la autonomía de las personas con problemas psíquicos. Les permite convivir en su propio apartamento con otros usuarios de similares características o afinidad; pero con una estructura central común, organizada en diversos servicios para compartir y con toda la infraestructura hospitalaria al lado. Es la gran diferencia con los pisos tutelados, estas unidades de convivencia cuentan con todo un hospital que las ampara.
Las Hermanas Hospitalarias construirán en el San Luis, según explica su gerente Rubén de la Fuente, dos proyectos. El primero, que ocupará el edificio de la antigua cocina, levantará ocho unidades de convivencia que darán cabida a unas 77 camas en 29 habitaciones dobles y 13 individuales. Ocupa dos plantas que acogen tres y cuatro módulos, cada una, y otro en el ático más cercano al concepto de piso tutelado al tener menor nivel de supervisión, es un paso mas en la rehabilitación terapéutica. Supondrá esta parte una inversión de 4,8 millones y tiene un plazo de ejecución de entre 15 y 16 meses. Sumarán así 3.820 metros cuadrados construidos y 1.367 de urbanización y será un módulo adicional separado del edificio principal con una luminosa y amplia distribución de espacios diseñados de forma homogénea.
El segundo proyecto suma otros dos módulos que se levantan en la planta baja, lo que en el centro se conoce como la Unidad María Josefa Recio. Esta parte, que contará con ocho habitaciones dobles y cuatro individuales que se distribuirán en dos unidades de convivencia, tiene un plazo de ejecución de hasta el próximo mes de marzo y supone una inversión de 1,37 millones de euros. Zarzuela construirá 548 metros cuadrados construidos y otros 800 de zonas verdes.
Cada residencia será para seis, ocho o nueve usuarios con sus habitaciones, salón, cocina, hasta alcanzar una capacidad para esos en torno a 77 residentes. Los inquilinos aprenderán a resolver sus labores domésticas y organizar su jornada pero contando con los talleres ocupacionales, los programas de inserción social o el centro especial de empleo. El objetivo último es el de fomentar su autonomía, reducir la dependencia en los casos de problemas psíquicos que crean seria dependencia. «Este concepto destaca Rubén de la Fuente crea uniones por afinidad personal lo que favorece que se ayuden entre ellos, genera vínculos y colaboración».
Convivencia terapéutica
El abordaje no se reduce así a la atención psiquiátrica sino que la propia convivencia es terapéutica y desarrolla capacidades. «Un modelo similar es el que tiene Asprona para sus niños con síndrome de Down en Laguna de Duero y la experiencia es realmente buena». Además se genera la posibilidad de «una microgestión en manos de equipos terapéuticos por cada piso».
Las obras, que acaban de comenzar, emplearán materiales y colores que huyen del aspecto hospitalario, con unos diseños acristalados, luminosos y que invitan a la individualidad de cada unidad para sentirse en casa. Estos dispositivos permitirán una mayor libertad horaria y menos imposiciones de disciplina y reglamento. El centro, que también concierta servicios con Sacyl, cuenta con 350 trabajadores y estas unidades supondrán un incremento de 70 profesionales nuevos.
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