La raíz del arból genealógico
Los vecinos de Valverde del Majano reciben a sus 'primos lejanos' maoríes, que han llegado este viernes al municipio
EL NORTE
Domingo, 5 de agosto 2012, 15:38
Ha sido un largo viaje, pero ha merecido la pena. Los 'parientes' neozelandeses ya están en su tierra hermana de Valverde del Majano. Medio centenar de miembros de esta tribu maorí salieron de las antípodas de España, a 20.000 kilómetros de distancia bajo tierra, para reencontrarse este verano con su orígenes segovianos. Han desandado el camino hacia sus raíces hasta llegar al sitio de donde emana su historia, donde germina el tronco del que salen las ramas de su árbol genealógico.
Nada más bajar del autobús que los trajo de Madrid y poner los pies en el suelo de sus ancestros, los integrantes de la expedición repartieron y compartieron abrazos y besos con sus 'familiares' segovianos que les aguardaban con los brazos abiertos y algún que otro nervio. Encarnan esos orígenes que los Paniora han buscado y con los que por fin se reencuentran. En esa bienvenida no faltó el 'hongi', el saludo típico de aquellos territorios remotos y del que los anfitriones valverdanos tienen ya la lección aprendida. Consiste en juntar nariz con nariz, frente con frente, para respirar el mismo aliento, según reza la tradición maorí de la tribu.
Son los descendientes de Manuel José de Frutos, un valverdano que llegó a tierras neozelandesas en 1834. Gozó de gran prestigio entre los 'ngati porou', con los que convivió el resto de sus días. Se casó con cinco mujeres, tuvo nueve hijos y 42 nietos. Así comienza la historia de una de las familias maoríes más numerosas de Nueva Zelanda. Siete generaciones después, suman unos 16.000 descendientes. Desde ayer medio centenar de ellos pisan la tierra en la que nació 'el primer Paniora', un hombre casi mítico en el imaginario de esta familia.
Intensa agenda
Hoy tocaba la emoción del primer contacto y descansar porque les aguarda una intensa actividad. Para esta nueva visita, el alcalde de Valverde, Rafael Casado, ha organizado una copiosa agenda cultural y gastronómica que servirá para alimentar aún más los lazos fraternales entre las dos comunidades. Los Paniora visitarán Ávila y Salamanca, además de recorrer otros enclaves de la provincia segoviana, como Cuéllar, Pedraza y Coca.
«Ellos preguntan por las montañas y ríos que tenemos cerca y no por el lugar de procedencia», cuenta Rafael Casado, quien después de haber visitado el lugar donde habita la tribu conoce de primera mano lo importante que es la naturaleza en sus vidas.
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