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Directo Guillermo Almada: «El ascenso es nuestro objetivo»
Miguel Ángel del Río, junto al monumento de la Mujer Baltanasiega. / Luis Antonio Curiel
Miguel Ángel del Río Director de Dulzaineros del Cerrato

«La dulzaina se quiere incluir en el Conservatorio, pero aún no es posible»

El director de la agrupación confiesa que inicialmente «todo suena a jota, pero te das cuenta de que se puede hacer otro tipo de música»

LUIS ANTONIO CURIEL

Martes, 10 de julio 2012, 13:55

Dirige a los Dulzaineros del Cerrato desde 2005, fecha en la que se fundó la agrupación. También forma parte de la Rondalla y Coro de Ronda de las Aulas de Mayores Siglo de Oro del centro de La Puebla de la capital palentina. El baltanasiego Miguel Ángel del Río Curiel estudió Obras Públicas en Burgos y ha trabajado en Telefónica sigue siendo, a sus 60 años, un gran aficionado de los juegos autóctonos. Así, escribió hace seis años un libro junto a Eugenio Palomino con las reglas de los juegos populares de la provincia. Forma parte del equipo de monitores que se encargan de la enseñanza de estos juegos en los distintos colegios de Palencia. Además, Miguel Ángel del Río conserva una colección de juegos populares de Castilla y León en el Museo de Autilla del Pino.

¿Cómo surgieron los Dulzaineros del Cerrato?

Esta agrupación nació en 2005 y está formada por personas que pertenecíamos a diferentes ambientes musicales, pero con una misma inquietud sobre la dulzaina. Somos cinco integrantes fijos y otros esporádicos que tienen interés por formarse.

¿Cuándo comenzó a formarse?

Empecé en el año 2001, en la Escuela de Juan Cruz Silva en la Universidad Popular de Palencia. Para mí, ha sido muy importante fijarme en cómo tocan los distintos dulzaineros de nuestra tierra. El hecho de empezar a tocar de mayor te permite dedicar más tiempo a las aficiones que tuviste en la juventud. A esta edad es muy complicado ser solista, por lo que tengo que poner el acento en la actuación musical del grupo, haciendo hincapié en tocar distintas melodías, hacer segundas voces Al principio, todo te suena a jota, pero con los años te das cuenta de que es posible realizar otro tipo de música.

¿Qué aporta su agrupación a la cultura musical palentina?

Buscamos melodías de otras latitudes y las adaptamos a la dulzaina con un sello personal del grupo. Pretendemos ser diferentes en ciertas composiciones musicales. Una de las piezas que interpretamos con un cariño especial es el 'Pasacalles de Donaciano', compuesto por Los Adrianes, y que conseguí recopilar gracias a la memoria privilegiada de mi tío Donaciano Cantera. Para mí, supuso cumplir una ilusión y me satisface saber que esta pieza forma parte del repertorio de otros dulzaineros. Los Dulzaineros del Cerrato tocamos en varios pueblos de la provincia y en algunos ya tenemos fechas fijas, como es el caso de Baltanás, que es donde más veces actuamos.

Háblenos de Los Adrianes...

Estos dulzaineros eran de Baltanás y hasta los años treinta fueron considerados como los mejores dulzaineros de España. Numerosos alumnos se formaron en su escuela ocupando puestos relevantes en el campo musical de nuestra geografía. Es una pena que casi no conservemos piezas compuestas por ellos, porque su archivo desapareció en la Guerra Civil. Hemos recopilado algunas piezas, como 'La Danza del Barato', gracias a la labor de Juan Silva por el testimonio de Esteban Guzón 'El Barato'. Recientemente, he recopilado el 'Pasacalles de Donaciano'.

¿Qué futuro tiene la dulzaina?

Este instrumento se ha querido incluir en el Conservatorio de Castilla y León, pero no se considera académico porque no está afinado en el mismo tono que el resto de instrumentos. De momento no tiene cabida, pues habría que modificar la dulzaina tradicional que se conoce desde hace más de un siglo. Ángel Velasco puso las ocho llaves a la dulzaina tradicional, que al principio era un instrumento diatónico que daba notas enteras. Los dulzaineros tenían que tener la habilidad de tapar medio agujero para dar media nota, tocar los sostenidos y los bemoles. Los Adrianes también jugaron un papel fundamental, pues realizaron una dulzaina con 18 llaves para adaptarla a una orquestina y que se pudiera tocar en orquesta. Medía 43 centímetros.

¿Se conserva alguna de esas dulzainas?

Ramón Adrián realizó, por lo menos, ocho dulzainas y una se conserva en el Museo de la localidad vallisoletana de Urueña. Existe alguna más en manos de particulares. Todas ellas eran de madera de ébano y las construyó en su taller de Baltanás.

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